El género de la comedia romántica ha sido, durante décadas, un refugio para los amantes del cine ligero, entretenido y cargado de situaciones entrañables. Con esa promesa llegó Con todos menos contigo, una película que despertó gran expectativa por su elenco y por la posibilidad de revitalizar un género que, aunque clásico, siempre está en búsqueda de nuevas fórmulas para atrapar a la audiencia. Sin embargo, el resultado final no ha sido tan convincente, especialmente para quienes esperaban una historia más sólida y memorable.
Uno de los aspectos que inicialmente llamó la atención fue la química entre los protagonistas. Desde los avances y materiales promocionales, parecía que la película lograría crear una pareja icónica dentro de la comedia romántica moderna. Y, en efecto, hay momentos donde esa conexión brilla y arranca sonrisas. Pero la falta de un guion más trabajado hace que esas chispas se pierdan en una trama predecible, que no consigue diferenciarse de tantas otras producciones del género.
El problema principal de Con todos menos contigo no radica en sus actores, que cumplen de manera correcta con lo que se les pide, sino en la historia misma. El guion apuesta por una fórmula demasiado conocida: enredos, malentendidos y reconciliaciones rápidas. Esto, que podría haber funcionado con un desarrollo más original, termina volviéndose repetitivo y sin la fuerza suficiente para emocionar. En definitiva, falta riesgo y sobra previsibilidad.
Entre momentos divertidos y un guion que no despega
La película logra ofrecer escenas divertidas que arrancan algunas risas, y es innegable que visualmente resulta atractiva. Los escenarios, la música y el ritmo ligero consiguen que el espectador no se aburra por completo. Sin embargo, al terminar la proyección, queda la sensación de que todo pudo ser mucho más. La historia nunca llega a sorprender y no consigue dejar huella en un público que cada vez exige mayor autenticidad en este tipo de propuestas.
En lo que respecta al desarrollo de personajes, también se echa de menos mayor profundidad. Sus motivaciones son poco exploradas y, en ocasiones, se sienten más como caricaturas que como individuos reales con conflictos creíbles. Esto afecta directamente a la empatía del espectador, que termina observando la película con cierta distancia, sin llegar a involucrarse emocionalmente en los giros de la trama.
A pesar de sus limitaciones, Con todos menos contigo tiene méritos: no deja de ser un producto entretenido y ligero, perfecto para quienes buscan pasar un rato sin mayores pretensiones. Sin embargo, para quienes esperaban una comedia romántica más innovadora y con una historia sólida, puede resultar decepcionante.
En conclusión, Con todos menos contigo es una propuesta que cumple lo justo, pero que no logra destacar dentro del género. Una película simpática y con algunos momentos disfrutables, pero que deja la clara impresión de que faltó más historia y mayor ambición narrativa para convertirse en una comedia romántica memorable. @mundiario
