
domingo 17 de agosto de 2025
En Solo hay espacio para lo inolvidable, Alan Madanes despliega un conjunto de relatos atravesados por la experiencia urbana, la nostalgia de los años noventa y la ironía frente a un presente saturado de estímulos. El libro propone una indagación sobre aquello que, en medio de lo efímero, se convierte en inolvidable.
Los textos se mueven entre escenas reconocibles y preguntas universales: ¿qué ocurre cuando la música parece morir para renacer en lo íntimo? ¿Qué sentido se construye en la derrota futbolera? ¿De qué manera la bronca social se expande en una ciudad que no deja respiro? La mirada del narrador se posiciona como la de un transeúnte inquieto, capaz de registrar lo mínimo y traducirlo en claves que interpelan al lector.
La prosa de Madanes está marcada por un pulso visual que remite a su formación teatral. Cada relato funciona como una escena, un cuadro que se despliega ante los ojos del lector con precisión rítmica y cuidado en la composición. Aunque se presenta como un libro de cuentos, la obra puede leerse como una novela fragmentaria, donde los relatos se enlazan para construir el mapa íntimo de una memoria en tensión con la fugacidad del presente.
Con Solo hay espacio para lo inolvidable, Madanes —actualmente en escena con una nueva versión de Yepeto— expande su campo creativo más allá de la actuación. El libro se presenta como una propuesta literaria que interroga el presente desde la memoria y lo cotidiano, invitando a detenerse en aquello que resiste al olvido.