
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) estaría utilizando una aplicación móvil de identificación biométrica durante operativos de detención y deportación, según reveló un informe del medio 404 Media.
La herramienta, denominada Mobile Fortify, permite identificar personas mediante el reconocimiento facial y la captura de huellas dactilares sin contacto, utilizando exclusivamente la cámara de un teléfono móvil proporcionado por el ICE.
La existencia y uso de esta tecnología se conocieron a través de una serie de correos electrónicos enviados al personal de la división de Operaciones de Deportación y Control de Aduanas (ERO), en los que se describen las capacidades de la aplicación.
ICE usa Mobile Fortify, app con IA que identifica migrantes por rostro y huellas sin contacto.
Foto:Stock Adobe
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Uno de esos mensajes aclara que “la aplicación Mobile Fortify ofrece a los usuarios la posibilidad de verificar identidades biométricas en tiempo real mediante huellas dactilares sin contacto e imágenes faciales capturadas con la cámara de un teléfono móvil proporcionado por el ICE, sin requerir dispositivos de captura adicionales”.
Dicha herramienta se encuentra integrada con sistemas del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), entre ellos el Servicio de Verificación de Viajeros de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) y el Sistema Automatizado de Identificación Biométrica, que cuenta con información de más de 270 millones de personas. Los datos recolectados mediante la app se comparan automáticamente con estos registros, probablemente a través del uso de algoritmos de inteligencia artificial (IA), aunque el alcance real de Mobile Fortify aún no está completamente definido. Por ejemplo, se menciona un “modo de entrenamiento” cuya función exacta no ha sido esclarecida: se desconoce si permite capacitar a agentes o si sirve para recopilar nuevos datos que puedan alimentar y mejorar los sistemas de reconocimiento.
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Desde el DHS no se han emitido comentarios oficiales respecto al uso de esta aplicación ni se ha aclarado su legalidad o el alcance operativo autorizado. Esta falta de información ha motivado diversas críticas.
Según el reporte de 404 Media, permitir a los agentes migratorios utilizar esta tecnología para identificar personas en espacios públicos representa una “receta para el desastre”. Nathan Freed Wessler, subdirector del Proyecto de Expresión, Privacidad y Tecnología de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU), afirmó que “la agencia debería suspender este peligroso experimento”, advirtiendo además que el Congreso “nunca autorizó al DHS a emplear reconocimiento facial de esta forma”.
El DHS no aclara el uso real de la app ni el destino final de los datos recolectados.
Foto:ICE
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IA, la nueva aliada del ICE
El uso de Mobile Fortify encaja dentro de una estrategia tecnológica más amplia adoptada por el ICE y documentada en el Inventario de Casos de Uso de IA del DHS, donde se confirma la utilización de inteligencia artificial en labores de seguridad pública y control migratorio. Entre las funciones listadas se encuentran el reconocimiento facial y el análisis predictivo, lo cual ha incrementado las preocupaciones sobre la forma en que se recopilan, almacenan y utilizan los datos biométricos.
De acuerdo con los registros, sistemas como IDENT y su sucesor, Homeland Advanced Recognition Technology (HART), no sólo almacenan huellas dactilares e imágenes faciales, sino también patrones de iris y características del modo de andar de las personas. Estos datos, a su vez, pueden integrarse con herramientas de análisis como la Base de Datos Integrada de Cumplimiento y plataformas desarrolladas por empresas como Palantir.
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Uno de los puntos más polémicos es la posibilidad de que la información capturada por Mobile Fortify se transfiera directamente a estas bases sin mecanismos claros de verificación, corrección o impugnación por parte de los individuos afectados. Mientras crecen las dudas, las autoridades migratorias y de seguridad nacional han mostrado intenciones de ampliar la infraestructura de identificación biométrica tanto a nivel nacional como internacional.
En ese marco, el ICE, a través de la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI), lidera el Programa de Alerta de Migración Transnacional mediante Identificación Biométrica (BITMAP). Esta iniciativa permite a agencias de países aliados acceder a herramientas técnicas y asesoramiento para capturar datos biométricos y biográficos de personas sospechosas, empleando también dispositivos móviles.
ACLU critica el uso de esta tecnología sin autorización legal ni supervisión del Congreso.
Foto:iStock
Por otro lado, el ICE planteó a comienzos de 2025 la posibilidad de implementar tecnologías de rastreo digital que incluirían monitoreo de redes sociales, bases de datos públicas y segmentos de la deep web y dark web. El plan incluía el uso de geolocalización, reconocimiento facial y análisis de perfiles psicológicos con el objetivo de identificar a individuos que publicaran amenazas o comentarios reiterados contra la agencia o su personal. La justificación oficial fue el “aumento en la actividad de amenazas externas” contra instalaciones, funcionarios y líderes del ICE.
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Pocos controles de ciberseguridad
La implementación de estas tecnologías, sin embargo, ocurre en un entorno de vigilancia legalmente ambiguo y con serias deficiencias en materia de ciberseguridad. Aunque los sistemas de reconocimiento facial de la CBP en puntos fronterizos están sustentados en normativas migratorias y procesos que exigen consentimiento informado, su despliegue en contextos como Mobile Fortify (sin autorización judicial ni lineamientos regulatorios) podría representar una infracción a la Cuarta Enmienda de la Constitución de EE.UU., que protege contra registros e incautaciones arbitrarias. Esta preocupación se ve agravada por informes sobre la baja fiabilidad de la tecnología de reconocimiento facial, especialmente en cuanto a precisión de identificación, y por las limitaciones en la protección de los dispositivos móviles usados por el ICE.
Auditores revelan que 73 % de móviles del ICE carecen de configuración segura obligatoria.
Foto:ICE
Una auditoría de la Oficina del Inspector General del DHS reveló que aproximadamente el 73% de los dispositivos móviles del ICE no cumplían con las configuraciones de seguridad obligatorias del gobierno, y que sus empleados tenían permiso para instalar aplicaciones calificadas como inseguras o de alto riesgo.
Además, el ICE reconoció que algunos de sus dispositivos operados en el extranjero carecían de software de protección contra amenazas. Entre finales de 2021 y mediados de 2023, cerca del 30% de los equipos móviles descartados mostraban registros de limpieza digital poco claros o ausentes, lo que sugiere una posible exposición de datos biométricos sensibles.
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La falta de una política clara por parte del DHS sobre quién puede utilizar Mobile Fortify, cuáles son sus objetivos operativos, los plazos de conservación de los datos, el marco legal aplicable o los sistemas de auditoría y supervisión disponibles, genera una creciente preocupación entre organizaciones de derechos civiles. En este contexto, el despliegue de tecnologías biométricas móviles sin control ni transparencia podría sentar un precedente inquietante en materia de vigilancia, y tener consecuencias especialmente graves para las comunidades migrantes más vulnerables en Estados Unidos.
*Este contenido fue escrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de conocimiento público divulgado a medios de comunicación. Además, contó con la revisión de la periodista y un editor.