
miércoles 13 de agosto de 2025
Con Drácula (Dracula: A Love Tale. 2025) Luc Besson reinventa el clásico de Bram Stoker con una versión que resalta el romance eterno del Conde Drácula, apoyado por un elenco destacado y una atmósfera cuidada que moderniza esta historia inmortal.
Cada vez que se cuenta la historia del Conde Drácula, surgen múltiples perspectivas: la historia clásica y literaria basada en la novela de Bram Stoker; la figura histórica de Vlad el Empalador, inspiración para el personaje ficticio, Vlad III de Valaquia, conocido por su brutalidad; el simbolismo del vampiro como metáfora de temores sociales, la sexualidad, la mortalidad y el miedo a lo desconocido; así como el contexto histórico y político que refleja las tensiones de la época, incluyendo el miedo a la invasión o a lo extranjero. Y, en esta versión, el enfoque más importante es el lado romántico y trágico de un personaje con sentimientos profundos y una historia de amor eterno.
Luc Besson (El quinto elemento, 1997; Lucy, 2014) no se centra en los elementos clásicos de las historias de vampiros -aunque están presentes- sino que profundiza en el aspecto romántico entre el Conde Drácula (Caleb Landry Jones: Get Out, 2017; Nitram, 2021) y su amada Elisabetta / Mina Murray (Zoë Bleu: The Bling Ring, 2013; Signs of Love, 2022), que se convierte en el motor principal de la narración. El personaje de Van Helsing, interpretado por el siempre brillante Christoph Waltz (Django sin cadenas, 2012; Bastardos sin gloria, 2009), actúa como contrapunto, equilibrando la tensión y la violencia en todo momento.
El diseño de producción y la estética de la época está absolutamente acorde con el período retratado. Tal vez la fotografía no destaque demasiado y resulte algo convencional, pero todo esto queda en segundo plano gracias a la banda sonora compuesta por el maestro Danny Elfman (Batman, 1989; Big Fish, 2003), que logra sumergir al espectador en la historia y se convierte en un distintivo de gran calidad.
Cuando parece que ya no se puede hacer nada nuevo con los clásicos, este tipo de versiones revitalizan historias que han sido contadas una y otra vez. Nunca hay que olvidar que siempre hay un público nuevo con ansias de adentrarse en un mundo fantástico que trasciende el cine, la literatura, la música y el teatro. Esta historia ha sobrevivido más de cien años y nos deja la reflexión de que, tal vez, sea el amor al arte lo que vivirá para siempre, aunque intenten destruirlo.