
Una noche, universos infinitos. Esta es la premisa de El cinturón de Olivia (2025), la ópera prima de Jeremías Magnaghi Rudy, protagonizada por Agustina Cabo, Carolina Kopelioff y Manuel Ramos, que este jueves llega a la pantalla grande de las salas de cine argentinas. El relato sigue a Olivia, una joven estudiante de Astrofísica, que se ve obligada a salir con sus mejores amigos, Gigi y Enzo, en la noche en la que un fenómeno astronómico les permite visitar universos paralelos, obligándolos a confrontar sus decisiones, la raíz de su amistad, y duelos sin resolver. En el marco del debut, el director y guionista dialogó con EscribiendoCine.
Todo proyecto nace con una idea disparadora. En este caso, el film, ¿partió totalmente desde la ficción o lo ideaste a partir de circunstancias reales?
La peli tiene un poco dos orígenes. Uno que nace netamente de la ficción, que es yo queriendo contar algo estrictamente dentro del género de ciencia ficción y metiendo una estructura de universos paralelos. Tenía eso en la cabeza, ¡soy muy fan del género! Leo cómics desde muy chico. Y no quería dejar de lado la parte humana porque, en definitiva, el género es un poco una excusa para explorar la condición humana, las relaciones entre personajes y demás. Por otro lado, necesitaba buscar el ancla emocional que, también, viene desde un lugar de ficción, que no está basado en una historia personal. Siempre algún que otro personaje, quizás, tiene un poco la voz del autor, pero acá es todo llevado a la ficción, como un collage de experiencias de otros que uno va recolectando y creando algo nuevo sobre eso.
¿Cuáles fueron las principales decisiones que tomaste para ensamblar lo universal del género y la cuestión local que tiene el film?
Cuando uno dice ciencia ficción, en el común de la gente, inmediatamente se piensa en naves espaciales y sables láser. A mí me encanta todo el género, de punta a punta, pero también tiene para ofrecer algo más terrenal, de todos los días. En este caso, yo quería traer a nuestro día a día el barrio donde crecí, por eso la peli transcurre en Lanús. Y sentía que a veces, al menos en el mainstream, están poco representadas las historias más de género y barriales. Es decir, hacer las dos cosas al mismo tiempo. Por lo general, tenés una o la otra. Me pareció que esta era una buena oportunidad para contar esta historia de estos tres personajes, y habla de algo muy íntimo como la amistad entre ellos. Siempre defino El cinturón de Olivia como una película sobre la amistad y el multiverso, en ese orden.
La historia invita a preguntarse cómo seríamos en un universo paralelo. Trasladando esta premisa a vos y a tu profesión, en un universo paralelo, ¿te imaginás dedicándote a la cinematografía?
Desde chico, tengo un poco esta pulsión de contar historias. Cuando todavía no sabía escribir, hacía líneas en hojas en blanco y después les contaba a mis viejos las historias. Luego, cuando compraron una cámara VHS, plantaba la cámara y grababa algo. En la primaria, en las clases de Computación, con mi mejor amigo hacíamos películas con animaciones en PowerPoint. ¡Me cuesta imaginar un universo donde no me dedico a esto! Digamos que, de cada 100 universos posibles, en 90 estoy, de alguna manera u otra, contando historias y plantando una cámara para grabar.