
miércoles 06 de agosto de 2025
Moon (2024), la ganadora del Premio Especial del Jurado en Locarno e integrante de la Competencia Internacional del último Bafici, sigue el derrotero de una luchadora austríaca de MMA cuando es contratada por una familia millonaria jordana como entrenadora de 3 jóvenes hermanas.
Siempre Oriente es nuestra otredad. Y al Otro lo designamos así menos como aventura y extrañeza que como peligro y rechazo. Y si es el Cercano Oriente, más aún.
Sarah (poderosa interpretación de Florentina Holzinger) es una luchadora de artes marciales mixtas cuya carrera ha terminado y debe reorganizar su vida dando clases. En ese momento aparece una propuesta para viajar a Jordania contratada para entrenar a tres jóvenes de una adinerada familia.
Lo que comienza como un acontecimiento especial y único, pleno de lujos desconocidos, va convirtiéndose en un misterio a develar (acuerdo de confidencialidad mediante, sectores de la casa vedados, vigilancia permanente, mansión sin wifi, préstamos de celular, discusiones en árabe, rumores sobre la familia contratante, además del evidente escaso interés de las chicas por el ejercicio), hasta alcanzar una deriva peligrosa cuando el compromiso se vuelva personal.
Echando mano al género, entre el drama y el thriller, la directora austríaca-kurda Ayub se balancea, sutilmente, dosificando la información (quizá más para su protagonista que para los espectadores), centrándonos en el punto de vista de Sarah que va descubriendo y armando las piezas del rompecabezas.
El choque cultural inicial se convierte en un callejón sin salida. Un patriarcado que ejerce su poderío aún en las sombras (hay un asistente del padre que se anima a poner en duda hasta las órdenes del hermano varón), unas jóvenes que buscan liberarse y una protagonista que no entiende las reglas del juego.
La película nos va llevando de la intriga y el misterio a la incomodidad que nos pone alertas y tensos y nos permite la reflexión, sin echar mano a la bajada de línea, dejándonos el gusto amargo de la incomprensión y la desesperanza.