
El Departamento de Justicia de Estados Unidos recibió el lunes la orden de iniciar una investigación contra el expresidente Barack Obama (2009-2017) y algunos de los funcionarios de su gobierno por una supuesta conspiración contra el presidente Donald Trump para deslegitimar su victoria de 2016. Sin embargo, expertos advierten que las acusaciones parten de la tergiversación de un informe de las agencias de inteligencia.
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Los hechos habrían ocurrido durante el periodo electoral y poselectoral de 2016. Foto:Archivo
Hay evidencia irrefutable que detalla cómo el presidente Obama y su equipo de seguridad nacional dirigieron la creación de una evaluación de la comunidad de inteligencia que sabían que era falsa
Tulsi GabbardDirectora de Inteligencia Nacional
La medida anunciada por la fiscal general, Pam Bondi, sigue a una recomendación de la Directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard, quien asegura que, tras la desclasificación de unos documentos, varios funcionarios de la Administración Obama habrían hecho declaraciones falsas afirmando que Rusia intentó interferir a través de medios cibernéticos en el resultado de las elecciones de 2016, indica el canal CNN, que cita una cuente conocedora del asunto.
“Hay evidencia irrefutable que detalla cómo el presidente Obama y su equipo de seguridad nacional dirigieron la creación de una evaluación de la comunidad de inteligencia que sabían que era falsa”, dijo Gabbard en un informe dirigido a republicanos de la Cámara de Representantes, y agregó que la idea de que Rusia interfirió en las elecciones para promover a Trump era una “narrativa artificial”.
¿Qué evidencia hay en contra de Barack Obama y los funcionarios de su gobierno?
Según la denuncia, el 9 de diciembre de 2016, la Casa Blanca reunió a los máximos responsables del Consejo de Seguridad Nacional en un encuentro en el que participaron el entonces director de Inteligencia Nacional, James Clapper, y otros altos cargos de la Administración como John Brennan, Susan Rice o John Kerry.
Tras la reunión, el asistente de Clapper supuestamente envió un correo electrónico a los líderes de los departamentos de inteligencia, encargándoles una revisión «a petición del presidente» basada en información fabricada, o que no se consideraba creíble, sobre una posible interferencia rusa.
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Por ahora se sabe que el Departamento de Justicia creará un equipo para evaluar las pruebas entregadas por la líder de Inteligencia Nacional. De ser verficadas se iniciaría el juicio con un gran jurado, lo que puede resultar en una imputación, según la cadena de televisión Fox.
John Brennan, exdirector de la CIA y presunto implicado en la trama. Foto:AFP
Obama, como expresidente estadounidense, goza de inmunidad civil y penal por las acciones realizadas durante su presidencia, consideradas «oficiales». Esto podría representar un obstáculo para cualquier procesamiento, según los analistas.
Analistas consideran que Gabbard está tergiversando la información
CNN informó que las acusaciones de Gabbard tergiversan lo que la comunidad de inteligencia concluyó sobre los intentos de Rusia de influir en las elecciones de 2016.
Según un lote separado de información desclasificada por Gabbard el 18 de julio, agencias de inteligencia como la CIA habían concluido meses previos a las elecciones que no había «indicios de una amenaza rusa de manipular directamente el recuento de votos mediante medios cibernéticos», según un reporte de Al Jazeera.
Sin embargo, el gobierno de Obama procedió a investigar la presunta interferencia rusa tras la victoria de Trump en las elecciones de 2016.
“Había sospechas por parte de la Casa Blanca de que Rusia estaba interfiriendo en las elecciones, pero la administración Obama no tomó medidas directas para demostrar sus sospechas hasta después de las elecciones por temor a ser acusada por Trump de interferir en ellas en nombre de Clinton (Hillary)”, dijo Ann Perry, del Centro Miller, a Al Jazeera.
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La CIA afirmó que el Kremlin interfirió en las elecciones de 2016. Foto:iStock
En aquel entonces, durante la campaña electoral de 2016, Trump había predicho repetidamente en mítines que podría perder la votación porque los demócratas querían «robar las elecciones».
«Ese ambiente pudo haber disuadido a la Administración Obama de tomar medidas hasta después de la votación», añadió Perry.
Había sospechas por parte de la Casa Blanca de que Rusia estaba interfiriendo en las elecciones, pero la administración Obama no tomó medidas directas para demostrar sus sospechas hasta después de las elecciones por temor
En enero de 2017, dos meses después de las elecciones, las agencias de inteligencia estadounidenses concluyeron inicialmente que Rusia había sido responsable de ciberataques a las cuentas de correo electrónico de importantes demócratas y de sembrar la discordia en redes sociales mediante bots y troles. La CIA afirmó que el Kremlin orquestó la operación, a la que denominó Proyecto Lakhta.
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En resumen, la investigación nunca concluyó que se hubiera manipulado el recuento de votos, sino que piratas informáticos rusos habían lanzado operaciones digitales encubiertas destinadas a polarizar las elecciones en Estados Unidos.
Ahora, lo que argumenta Gabbard es que esos esfuerzos se realizaron para «subvertir la voluntad del pueblo estadounidense» y constituyeron un «golpe de Estado de varios años» contra Trump, afirmó.
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