
1. Va en serio. Omar Reyes Colmenares, el hombre cercano a García Harfuch que encabezará la UIF, es un funcionario de toda la confianza del secretario de Seguridad Ciudadana federal. Reyes Colmenares llega en sustitución de Pablo Gómez, quien ahora se encargará de presidir la Comisión Presidencial para la reforma electoral, así lo confirmó la presidenta Claudia Sheinbaum. “Omar Reyes es un hombre muy inteligente, es un muy buen perfil y es especialista en inteligencia”, destacó la Presidenta. Lo cierto es que llega un profesional y García Harfuch consolida su fortaleza para combatir la delincuencia. Sí, va en serio.
2. Tijeras. Pablo Gómez fue pionero en el acceso plural al Congreso gracias a las plurinominales, pero hoy, desde la reforma electoral, parece dispuesto a cortar la rama que lo sostuvo. ¿Olvida que sin esa figura nunca habría llegado en 1979 junto a Valentín Campa y Gilberto Rincón Gallardo? Ahora que coordinará la reforma de Claudia Sheinbaum va por desaparecer lo que una vez fue símbolo de apertura democrática. En MC ya lo llaman verdugo de la pluralidad; en el Senado, Gerardo Fernández Noroña advierte que él mantiene su posición de que las minorías no deben desaparecer de los plenos del Congreso. Nada que envidiarle al señor Gómez.
3. Cruda realidad. Le guste o no a doña Rocío Nahle, Veracruz sigue siendo un infierno donde mandan los cárteles, no el gobierno. A plena luz del día, desmembrados en la autopista Poza Rica-Cazones y bolsas negras en Totomoxtle; un mensaje directo y de cuerpo presente. Las carreteras se cierran para recoger restos humanos, no para obras. Mientras la 4T diseña la paz, los delincuentes colocan lonas con placas, rutas y amenazas, como si fueran parte del cabildo. La gobernabilidad se descompuso desde los tiempos de Cuitláhuac García, pero eso no es pretexto. Veracruz no necesita más spots, necesita Estado. Les guste o no.
4. Credo útil. Mientras algunos gritan desde el púlpito político, Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Gobernación, teje paz con sotanas, togas y Biblias. En lugar de confrontar credos, los convocó. Obispos, pastores y líderes religiosos se sentaron en Gobernación no para rezar, sino para coordinar. En su apuesta por la paz, la secretaria no predica, construye. “Sí al desarme, sí a la paz” y los Consejos de Paz son más que eslóganes, son estrategias donde el dogma cede al diálogo. Rosa Icela demuestra que con las iglesias no se pelea, se pacta. Y mientras otros ven votos, ella ve comunidad. Una ministra laica que sí entiende la fe del pueblo.
5. Robin Hood. Delfina Gómez hizo lo que ninguno de sus antecesores se atrevió: quitarle al crimen organizado para dárselo al pueblo. La operación Liberación no sólo aseguró cerdos, borregos, aves y hasta una leona y un mapache, también marcó un parteaguas, pues por primera vez los bienes incautados a delincuentes pasaron directamente a las manos de la gente, sin intermediarios ni bodegas fantasma. A Texcaltitlán y otros municipios les llegó el ganado, los bultos de forraje… y el mensaje de que aquí ya no manda la maña. Si hay que decidirse entre extorsión y reparto, el Edomex, con Delfina Gómez, ya eligió.
