
Por: Cuauhtémoc Ochoa Fernández*
La semana pasada, el Inegi publicó los resultados de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2024. Lo que nos dicen estos datos es muy claro: las familias mexicanas hoy viven mejor que hace seis años. El ingreso de los hogares ha crecido, la pobreza se ha reducido y la desigualdad ha caído a niveles históricos. Son buenas noticias, pero, sobre todo, son la prueba de que la Cuarta Transformación sí cumple lo que promete.
La encuesta muestra que el ingreso promedio trimestral de los hogares pasó de 22 mil 440 pesos en 2018 a 25 mil 955 en 2024, lo que representa un aumento de casi 16 por ciento. Pero lo más importante es saber de dónde viene ese crecimiento. Hoy la oposición argumenta que el aumento del ingreso es “porque el gobierno regala dinero”. A esa oposición que, además de no entender que los programas sociales son derechos constitucionales del pueblo, hoy les contestamos con hechos y datos duros: la realidad es que dos terceras partes de ese aumento vinieron del salario, del trabajo digno y mejor pagado que hoy tienen los trabajadores.
La razón por la cual hoy los hogares mexicanos tienen mejores ingresos es por la política salarial justa de aumentar el salario mínimo, llevada a cabo por el gobierno federal, fortalecida con una serie de derechos constitucionales, a través de programas sociales que en sexenios anteriores habían sido negados por 40 años de neoliberalismo que sólo dejaron pobreza y desigualdad en el país.
Por ello, hay otro dato que nos llena de esperanza: la desigualdad ha caído como nunca. En 2016, el 10 por ciento más rico del país ganaba 21 veces más que el 10 por ciento más pobre. Hoy, esa brecha se ha reducido a 14 veces. Eso significa que los que menos tienen son quienes más han mejorado sus ingresos, con un crecimiento cercano al 36 por ciento. Ése es el verdadero rostro de una política social profundamente justa y que genera oportunidades para todos.
La ENIGH también nos muestra cómo han mejorado aspectos como el acceso a la alimentación, la ocupación y las condiciones del hogar. Dadas las reformas legislativas recientes que aprobamos en el Congreso de la Unión, el Inegi será ahora el responsable de medir la pobreza de forma directa y con total transparencia.
Aunque los pormenores del dato oficial serán publicados en una semana, ya podemos mencionar dos logros contundentes: 1) Análisis preliminares arrojan que en el sexenio el expresidente Andrés Manuel López Obrador salieron de la pobreza 10 millones de personas. Este número representa la reducción histórica más grande en los últimos 40 años, y, de acuerdo con el Banco Mundial, 2) México es el país de toda América Latina que más ha reducido su pobreza en el mismo periodo.
La Cuarta Transformación ha demostrado que sí se puede gobernar con el pueblo y para el pueblo. Que la justicia social no es un sueño, sino una realidad posible cuando se pone en el centro a los más olvidados. Programas como la Pensión Universal, las Becas Benito Juárez, el apoyo al campo y el aumento constante al salario mínimo han sido inversiones sociales para la dignidad y bienestar de todas y todos los mexicanos.
Hoy el rostro de México es otro. Hay esperanza, hay avances y hay resultados. Sin duda, aún falta camino por recorrer, pero seguiremos desde el Senado de la República legislando con convicción, con principios y con el corazón del lado correcto de la historia para continuar construyendo un país de derechos para todas y todos.
*Senador de la República y vicecoordinador del Grupo Parlamentario Morena