
Hace dos décadas, los telares de cintura dejaron de usarse de manera activa en Hueyapan, municipio indígena pegado a las faldas del Volcán Popocatépetl, donde se logró resguardar este conocimiento ancestral.
Sin embargo, dichas prendas, que han participado en exposiciones de moda en Nueva York, Madrid, París y Alemania, resurgieron luego que algunas tejedoras viajaran a otros países en busca de un mercado justo y de reconocimiento a su cultura.
Margarita Torres Argón, maestra tejedora, habló sobre este conocimiento.
Llegó un momento en que en Hueyapan se dejó de hacer telar… Mi mamá nunca desistió, así que cuando todo mundo ya no quería hacerlo, ella luchaba, y decía: ‘Algún día voy a encontrar un mercado donde se valoren nuestras piezas’”, aseguró.
Ése fue el primer paso para el resurgimiento de los telares en esta región de México; y el segundo fue el debate entre las maestras abuelas y la nueva generación, porque necesitaban innovar sin perder su identidad ni su cultura, mucha de la cual fue resguardada en los colores de origen natural que crearon en el pasado prehispánico.
Cira Rodríguez, maestra tejedora y ganadora del segundo lugar del Concurso Nacional de Textiles 2025, también habla de la importancia de preservar esta tradición.
Yo decía antes: ‘Mi mamá y sus hilos, pero no sabía lo que ella o mi abuelita estaban haciendo. Ellas pintaban el añil, cuyo olor es muy fuerte, y entonces mi abuelita me decía: ‘Sabes qué, hija, no estés acá conmigo, porque se va ha chiquear el añil, es muy delicado para teñir y si una persona viene y dice que huele feo, ya no pinta’”, recordó.
Todo este relato será evocado en el marco de la Feria de Hueyapan, que hoy tendrá una pasarela en la que participarán jóvenes tejedoras, quienes hablarán de las técnicas para tejer y para usar los pigmentos originales.
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cva