
Dagaz es un perro robótico, un CUD (Canine Utilitarian Device) de modelo avanzado que, además de sus habilidades manuales, puede fungir como psicólogo o terapeuta. Es amistoso con las personas que cuida, conversa con ellas, les sirve el desayuno y hasta les pone música para que se relajen.
Éste es uno de los “dos personajes atípicos” –el otro es Liliana Spert, una bióloga sesentona que sufre una profunda depresión tras el suicidio de su hijo– que la escritora Kyra Galván (1956) escogió como protagonistas de su primera novela de ciencia ficción, Las mansiones de Zatar (FCE).
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La historia se desarrolla en el año 2060 en Texico, un país que ha perdido de nuevo la mitad de su territorio, y hurga en la relación de los humanos con la tecnología y la inteligencia artificial.
Quise mostrar que no importa de cuánta tecnología estemos rodeados, cuánto hayamos avanzado tecnológicamente, seguimos siendo humanos; seguimos enfrentando a diario problemas como el duelo, el suicidio, la soledad, la depresión”, comenta la también poeta en entrevista.
Creo que con el uso de la tecnología estamos olvidando que somos humanos, la vemos como si fuera una panacea. Es muy útil, nos ayuda en nuestras tareas, pero nos está deshumanizando”, considera.
Explica a qué responde la propuesta de los intérpretes de la trama. “En el caso de Liliana, descubrí que la mayoría de los personajes femeninos en la literatura son mujeres jóvenes. Escogí a una mujer mayor porque quiero que se hable de ellas, que sean visibles, que se vea los problemas a los que se pueden enfrentar, como la muerte de un hijo”.
DAGAZ SIMBOLIZA VALORES COMO LEALTAD, CUIDADO Y AMOR
Y, en el caso de Dagaz, detalla, “es un perro que simboliza valores positivos, como la lealtad, el cuidado y el amor de una mascota, que a veces son mucho más auténticos que una relación humana. Es además un perro-investigador, le atribuyo otras facultades a la inteligencia artificial. Pero no deja de ser un robot”.
La traductora y fotógrafa admite que la maldad ocupa un lugar central en este escrutinio ficcional. “Absolutamente, porque el planteamiento es qué uso le daremos a la tecnología y a la inteligencia artificial. Está el uso benigno o benevolente, representado por el perro; que está tratando de apoyar a la protagonista para sacarla adelante, con el programa terapéutico que tiene cargado.
Pero, por otro lado, está la utilización de la tecnología a través del videojuego Las mansiones de Zatar, que fomenta las pasiones, la violencia, el asesinato, y que puede desequilibrar psicológicamente a alguien, al grado de llevarlo al suicidio”, agrega.
¿HASTA DÓNDE PUEDE LLEGAR LA MALDAD HUMANA?
La autora de siete poemarios, cuatro novelas y libros de literatura infantil y juvenil, destaca que la gran pregunta es: ¿Hay límites en la maldad humana?, ¿hasta dónde vamos a llegar?
Me preocupa que no nos hemos puesto a pensar si le ponemos límites éticos, morales, al desarrollo de la tecnología”, añade.
Sobre cómo vio al territorio mexicano desde la ciencia ficción, la maestra en Literatura por el Colegio de Morelos señala que “me fui al pasado pensando en los casos en que México ya perdió territorio.
No es imposible que perdiera otra parte y que se diera ese saneamiento social y político, como el que ya se dio en Colombia. Creo que nos estamos acercando de alguna manera a esta realidad”, indica.
Narra que quiso incursionar en el género de ciencia ficción porque, “en el ejercicio de escribir novela infantil y juvenil encontré esa libertad de crear una historia con cierta rigurosidad y utilizar fantasía; eso se me hizo fabuloso. Pensé que la ciencia ficción podía ser esa misma combinación, pero para adultos. Llevar una historia con rigurosidad y darte la libertad de tener cierta fantasía e incluso un lenguaje poético”.
Dice que no quiso explorar una estructura literaria diferente, que narró con mucha libertad y sencillez.
Galván adelanta que trabaja en una novela sobre la maternidad subrogada. “Es un tema poco abordado y es importante concientizarnos sobre él.
En México no está regulada. Es una situación en la que la mujer lleva las de perder siempre. Las contratadas son de extracción humilde, con poca educación. Creo que debemos abrir este tema, que salga a la luz, para que se haga una legislación efectiva”, propone.
Además, la autora espera la publicación de un poemario sobre el duelo.
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*mcam