
Vecinos de las colonias al norte de Saltillo desconfían de que las autoridades vayan a desarrollar, al menos en el corto plazo, el proyecto de rectificación del Arroyo del Cuatro que promete poner fin al tema de las inundaciones y las pérdidas que padecen los propietarios en cada temporal de lluvias.
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Fue el pasado 5 de julio cuando la problemática volvió a posicionarse en la conversación de los saltillenses, luego de que una lluvia de aproximadamente dos horas dejó incomunicadas a varias colonias como El Campanario, Antiguo Camino a Los Zertuche, Los González, Country Club, entre otras.
Aunque desde hace tres años las autoridades han manifestado la realización de un proyecto que ya fue aprobado por la Comisión Nacional del Agua, dicen que temen que esto no se realice, ya que no les han dado fecha para recibirlos y comentarles los últimos detalles. Además, señalan que algunos funcionarios públicos han optado por sacar a sus familias de las viviendas.
El proyecto prometido pretende encauzar el Arroyo del Cuatro desde los tramos de Musa de León y Eulalio Gutiérrez hasta desembocar en el arroyo Ceballos. Para ello, el Gobierno estatal anunció una inversión de alrededor de 600 millones de pesos, que ya estaban aprobados por la federación.
“Si de verdad tuvieran un proyecto aquí, dejarían vivir a sus familiares. Pero no lo hacen. La verdad ya no creemos nada, ni pensamos que esa fuera la inversión real”, expresó Martha Alicia Arriaga, vecina de Camino a Los Zertuche, quien asegura que familiares como los del expresidente de Saltillo, José María Fraustro Siller, ya han abandonado su domicilio.
Aunque este último temporal dejó bardas caídas, escombro en sus traspatios y pérdidas de muebles, tanto Martha Alicia como Salma Bujaidar dicen que los otros problemas a los que se enfrentan cada vez que se presenta una lluvia son también emocionales, pues incluso ya se han visto en situaciones donde su vida se pone en riesgo.
“En otra tromba, hace ya tiempo, quedé varada cuando me dirigía a mi casa. El agua levantó el coche y me quedé dentro mientras el agua se metía. Ahora, cada vez que llueve, empiezo a sentirme nerviosa. En esta última ocasión mi casa quedó en medio del agua, era impresionante”, narró.
Al respecto, las vecinas dicen estar preocupadas de que el gobierno esté apostando al cansancio de los propietarios, quienes tampoco tienen una opción de vender y comprar en otra zona, aunque dicha alternativa les parece injusta.
“Yo quise vender mi casa y no se puede porque está en zona de riesgo. Ahora no voy a poder recuperar nada. Nos sentimos amarradas de manos”, lamentó Salma.
Frente a esta situación, dicen que lamentan que muchos de los habitantes de otros sectores no han sido empáticos al pensar que quienes viven en el norte pueden solventar cada estrago, por lo que también manifiestan que se han sentido víctimas de la falta de empatía.
“Muchas veces no se considera que nuestras viviendas en ocasiones son heredadas o que simplemente son parte de un esfuerzo de trabajo”, expresaron las vecinas, quienes tienen 30 y 20 años viviendo en la zona.
Frente a esta situación, los habitantes temen que el abandono continúe, pero aseguran que la insistencia no cesará y, por el contrario, visitarán las instancias necesarias y convocarán a las movilizaciones pertinentes.