
viernes 01 de agosto de 2025
¿Y dónde está el policía? (The Naked Gun, 2025) se siente más como una parodia de Liam Neeson del héroe de acción que supo protagonizar infinidad de veces, que del clásico con Leslie Nielsen. Aunque la película intenta replicar el éxito realizado por el ingenioso trío ZAZ (los hermanos Zucker, David y Jerry, y Jim Abrahams), se siente muy menor a cualquiera de esas producciones.
El tiempo de las parodias, al menos como las conocimos en los ochenta y noventa, ha quedado atrás. Si bien todo regresa, nunca lo hace de la misma forma; lo que obtenemos son, a menudo, copias bastardas de los originales.
La trama nos presenta a Liam Neeson como Frank Drebin Junior, hijo del personaje inmortalizado por Leslie Nielsen. Este es apenas un pequeño homenaje para justificar una continuación, ya que la historia calca los puntos clave del film de 1988: una investigación policial, un villano magnate (aquí, un genio de la tecnología de autos inteligentes al estilo Elon Musk), un interés romántico con toques de femme fatale interpretado por Pamela Anderson (Priscilla Presley antes), y un final en un estadio de la UFC (en lugar del estadio de béisbol) donde se resuelve todo. Son lugares que reflejan, sin más, la trama de antaño.
Más allá de algún chiste ocasionalmente ingenioso, la versión 2025 de ¿Y dónde está el policía? es una burda copia de la original. Como sucede con muchos remakes contemporáneos, se logra que la película original parezca una verdadera obra de arte. ¿Y dónde está el policía? es a La pistola desnuda (Naked Gun, 1988) lo mismo que Bañeros 5: Lentos y cargosos (2018) a Los bañeros más locos del mundo (1987): un revival sin gracia, torpe y fuera de época.
El único rasgo positivo de la película, dirigida por Akiva Schaffer, es ver a Liam Neeson parodiando a su eterno guerrero justiciero en cada enfrentamiento con delincuentes. La vocación del actor por reírse de su propia figura legendaria es admirable.
Sin embargo, en la inevitable comparación con Leslie Nielsen, quien paradójicamente comparte las mismas iniciales que Neeson, es donde pierde por goleada. Uno es un comediante nato, de esos que causan gracia con solo verlos. El otro es un actor de películas de acción en una parodia de sí mismo. Y por mejor que lo haga, no es suficiente para sostener una película mediocre.