
Este 1 de agosto llega a los cines Devuélvemela, una de las películas de terror más sobrecogedoras que se han estrenado en mucho tiempo. Dirigida por los hermanos Danny y Michael Phillipou, esta obra va más allá del susto fácil: es una experiencia emocionalmente devastadora que mezcla el drama más íntimo con el horror más visceral.
Los Phillipou ya habían dejado huella con Háblame, pero ahora regresan con una propuesta aún más madura y perturbadora. Lejos de apoyarse únicamente en lo sobrenatural o en el gore gratuito, los cineastas australianos construyen su historia sobre un drama familiar profundamente real: dos hermanastros huérfanos se ven obligados a vivir con una madre adoptiva atormentada por su propio pasado. Desde esa base emocional, el terror se infiltra de forma cruda y despiadada.
Sally Hawkins, conocida por sus papeles dulces y entrañables, ofrece aquí una de las actuaciones más sorprendentes de su carrera. Su personaje está marcado por el dolor, y Hawkins lo encarna con una intensidad que hiela la sangre. Pero no está sola: el joven elenco, encabezado por Jonah Wren Phillips, Sora Wong y Billy Barratt, ofrece interpretaciones conmovedoras que refuerzan la dimensión trágica de la historia.
El guion, tan realista y cargado de emociones, no parece de una película de terror… hasta que el horror entra en escena con una fuerza arrolladora. Las escenas violentas no son gratuitas, cada impacto visual tiene un propósito narrativo y emocional. Aun así, los momentos más extremos son tan potentes que resultan difíciles de olvidar. El trabajo del equipo de efectos especiales es impecable, digno de cualquier premio, y logra que lo imposible parezca auténtico.
Devuélvemela no es una película para todos los públicos. Su crudeza puede incomodar, y su profundidad emocional no deja espacio para respiros. Pero precisamente por eso, se convierte en una joya rara del cine de terror contemporáneo. Una película que duele, que remueve y que confirma a los Phillipou como referentes del género. Y eso, en tiempos de sustos predecibles, es una verdadera bendición. @mundiario