
Protegido por el oficialismo de Morena, como hace 15 años lo protegió el oficialismo panista y después el oficialismo priista, el Sindicato de Trabajadores de la Cámara de Senadores frenó la disidencia interna, al negarle el registro de planillas para competir por la nueva dirigencia del gremio, por lo que nuevamente, por otros seis años, el oficialismo agrupado en torno a Bertha Orozco tendrá la victoria, porque fue la única planilla a la que le permitieron registrarse.
La inconformidad del sindicato es evidente en diversas cuentas de redes sociales, pero la dirigencia sindical los ignora y se prepara para que este 31 de julio sólo su planilla sea avalada por aclamación.
De acuerdo con las reglas electorales del sindicato, cada planilla debía presentar las firmas de al menos el 30% de los sindicalizados para poderse registrar; la planilla oficialista se registró de inmediato, ya con las 177 firmas que necesitaba para el registro, mientras que los dos grupos que intentaron competir no tuvieron el tiempo suficiente para obtenerlas.
La única planilla que irá a la elección este 31 de julio está integrada por Bertha Orozco, quien está en esa posición desde 2010 y a pesar que no es trabajadora en activo del Senado, porque está de licencia para asumir la magistratura del sector obrero en el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje.
Teresa Bahena,como secretaria de Trabajo y Conflictos y quien a pesar del conflicto de intereses en el que incurrió, preside la Asamblea electoral del sindicato. Daniel Campos Quiroz, como secretario de Escalafón; Concepción Leticia Cerón, como secretaria de Recursos Financieros; Myrna Ayko Curiel, secretaria de Organización; Armando Quintana, secretario de Previsión Social; Brian Lemuz, secretario de Vivienda y Prestaciones Sociales; Isabel Álvarez, secretaria de Acción Femenil; Martha Patricia Silván, secretaria de Actas y Comunicación Social; Maciel Santiago Guzmán, secretario de Capacitación y Desarrollo, y Sergio Antonio Luna, secretario del Deporte y Cultura.
Aunque ha incurrido en diversas anomalías para mantenerse en el puesto, como ahora que no es trabajadora en activo del Senado, Bertha Orozco ha logrado la protección de los senadores desde que llegó a la dirigencia sindical en 2010, cuando el PAN era la primera fuerza política; ya en 2013, cuando prolongó por primera vez su mandato, el PRI como primera fuerza fue su aliado, sobre todo porque ella fue cercana al senador Joel Ayala, líder histórico de la Federación de Sindicatos de los Trabajadores del Estado, y quien fue quien la convirtió en magistrada.
La llegada de Morena como primera fuerza en el Senado, en 2018, representó una esperanza para los trabajadores críticos de su dirigencia, incluso tomaron instalaciones para presionar, pero Morena la cobijó; de nada sirvieron los apoyos que los trabajadores solicitaron a senadores como Napoleón Gómez Urrutia; Bertha Orozco se mantuvo en el poder.
cva