
El 29 de julio no es una fecha cualquiera para quienes han amado sin ser correspondidos, atravesaron una ruptura o simplemente llevan el corazón remendado. Es el Día Internacional del Mal de Amores, una efeméride no oficial pero ampliamente conmemorada en redes sociales, que visibiliza el dolor emocional y físico provocado por el desamor.
Este día, surgido hace poco más de una década en México como un acto simbólico entre amigos dolidos, ha cobrado fuerza internacional gracias a internet. Más allá de los memes o las canciones dolidas, es un espacio que invita a reconocer que el corazón roto también necesita cuidados y validación.
El sufrimiento de amar sin armonía
Psicólogos lo definen como un proceso de duelo afectivo, similar al que se vive tras una pérdida significativa. La tristeza, el insomnio, la pérdida de apetito, la ansiedad o incluso dolencias físicas son respuestas comunes cuando una relación amorosa se fractura. En muchos casos, el impacto es tan profundo que se tambalea incluso la percepción del yo: “No sólo se pierde a la pareja, se pierde una parte de uno mismo que se definía en esa relación”, explican especialistas.
Y no es exclusivo de adolescentes. Hombres y mujeres de todas las edades pueden experimentar el llamado “mal de amores”, desde el enamoramiento unilateral hasta la separación tras años de convivencia.
¿Sanar con música o con terapia?
Durante esta jornada, algunos optan por encerrarse con sus playlist tristes favoritas, mientras otros acuden a talleres emocionales, espacios terapéuticos o incluso celebran el duelo con humor. Hay quien quema cartas, quien escribe nuevas, quien llora en silencio o quien hace catarsis en público. Todo es válido. La clave, dicen los expertos, está en no minimizar el dolor, pero tampoco glorificarlo eternamente.
“Cada corazón roto cuenta una historia única, pero todas merecen ser escuchadas”, afirma el psicólogo Luis Flores, quien recomienda “darle al dolor un espacio, pero no la vida entera”.
¿Te compete o estás a salvo?
Este día también abre una interrogante provocadora: ¿te compete o estás bien correspondido?. Porque si bien el 29 de julio es para los dolidos, también puede ser un recordatorio de lo que significa amar de forma sana, mutua y respetuosa. Quienes hoy se sienten amados pueden usar esta fecha para fortalecer sus vínculos o, incluso, apoyar a quienes no corren con la misma suerte.
Una fecha para el corazón, roto o entero
El Día Internacional del Mal de Amores no figura en calendarios oficiales ni genera campañas gubernamentales, pero sí ocupa un lugar simbólico en la cultura emocional contemporánea. Un día que nos recuerda que el amor es capaz de hacernos volar… o caer.
Ya sea que estés enviando un mensaje que no será respondido o compartiendo un café con alguien que te hace sentir en casa, este 29 de julio es una pausa para mirar al corazón, cualquiera que sea su estado.
N. de la R. Aunque el Día Internacional del Mal de Amores no tiene reconocimiento oficial por parte de organismos internacionales ni aparece en calendarios institucionales, su existencia y proliferación en redes sociales refleja una tendencia más amplia: la creciente visibilización del bienestar emocional como tema de interés público. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México, el 33% de las personas mayores de 18 años reportaron haber experimentado síntomas relacionados con depresión o tristeza profunda en algún momento de su vida, y las rupturas amorosas están entre los detonantes más mencionados en encuestas de salud mental.
Por otro lado, estudios neurocientíficos han comprobado que el mal de amores puede activar las mismas áreas cerebrales que el dolor físico. Un artículo publicado en The Journal of Neurophysiology (2011) muestra que al ver fotos de una expareja tras una ruptura, se activan regiones como la corteza cingulada anterior y la ínsula, asociadas al dolor físico, lo que confirma la dimensión real —y no solo simbólica— del sufrimiento por desamor.
En cuanto a los recursos de afrontamiento, un informe del Consejo Nacional de Salud Mental (CONASAMA) señala que las expresiones culturales como la música, la escritura o el acompañamiento grupal tienen un impacto positivo en la recuperación emocional, especialmente cuando se combinan con atención psicológica profesional. En ese sentido, cada vez más instituciones promueven espacios accesibles de apoyo emocional en fechas sensibles, aunque este día aún no esté institucionalizado.
Cabe destacar que esta efeméride también ha dado pie a movimientos de salud mental colectiva. En ciudades como Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey, han proliferado en los últimos años actividades como talleres de «primeros auxilios emocionales», círculos de lectura terapéutica y conciertos temáticos, particularmente organizados en torno a esta fecha. Esto subraya cómo, más allá de la anécdota, el mal de amores ha adquirido una dimensión de salud pública y cultural.