
Con bombo, platillo y una alfombra más larga que la carrera de algunos “famosos” que pisaron el inmueble, arrancó la nueva edición de La casa de los famosos VIP. Y sí, comenzó. ¿Y luego? Pues nada. ¡Qué aburrición! Un estreno tibio, sin chispa y sin emoción. Lo más interesante fue ver a los conductores tratando de vendernos la idea de que estábamos frente al evento televisivo del año. Pero, a pesar del arranque flojísimo (y eso que le echaron luces, drones y discursos como si fuera una entrega del Oscar), los niveles de audiencia fueron buenísimos. ¡Sí, leyeron bien! La gente prendió la tele, se quedó y comentó. Lo que me hace pensar: o tenemos mucho tiempo libre o de verdad nos gusta sufrir. Ahora, tengo que ser justo: hubo un momento que rompió la monotonía, que sacudió esa casa llena de lugares comunes. ¡La entrada de Abelito! Ese niño con carisma natural, sonrisa encantadora y talento para derretir hasta al más amargado. Fue un respiro en medio del bostezo. Abelito llegó con luz propia y, sin exagerar, fue lo mejor del estreno. Ojalá no se lo coman vivo los “famosos de ocasión” que lo rodean.
Se casa la cubana
La que realmente me sorprendió con su invitación es mi amiga la cubana Niurka Marcos, quien, a través de un mensaje de WhatsApp, me adelantó que éste que escribe es uno de los muy pocos invitados a su boda con Bruno, con quien empezó un noviazgo como un juego de pasiones, y que no muchos pensamos que lograría cuajar, y es más, pensamos que la entrega del anillo en plena Casa de los famosos fue un truco publicitario, pues nos callan la boca invitándonos a su boda en la Riviera Maya. ¿Cuándo, cómo y exactamente dónde? No se los puedo decir, pero es un hecho que la señora Marcos me tomó en cuenta para ser uno de sus invitados de honor, y para mí es un alto placer acompañarla en un día tan especial. La relación entre Niurka Marcos y un servidor ha sido de muchos altibajos, pues nos hemos peleado, me ha vetado, insultado, reclamado, querido, dado exclusivas y me he llevado al escándalo, pero, sobre todo, somos compañeros de muchos años de trabajo. Felicidades, amiga.