
Si bien no es de las diputadas que en Donceles tomen mucho en cuenta, el que la morenista Brenda Ruiz haya propuesto una comisión de legisladores de su partido para investigar los asuntos inmobiliarios del panista Jorge Romero puede meter en problemas a la propia 4T.
Después de casi ocho años de los sismos que dañaron el Distrito Federal en 2017, lo que motivó la creación de un Fondo para la Reconstrucción en la capital, la neomorenista propone investigar en qué y cómo se gastó ese dinero.
El fondo fue administrado en ese tiempo por una comisión de la Asamblea Legislativa del DF, integrada por Romero, del PAN; Leonel Luna y Mauricio Toledo, del PRD, e Israel Betanzos, del PRI, entre otros.
Esos recursos ya fueron auditados y, si hubo o no mal manejo, nunca se procedió contra nadie. Luna murió en marzo de 2021; Toledo se refugió en Chile y Romero es diputado y líder nacional panista.
Ahora que la 4T está metida en serios problemas de corrupción, y la percepción de que son aliados del narco crece, ya no saben qué inventar para tratar de desviar la atención. Quieren revivir un tema casi tan viejo como el “todo es culpa de Calderón”.
Alguien debería recordarle a la diputada Ruiz que en la última Legislatura de la ALDF el líder de Morena en Donceles era César Arnulfo Cravioto, que a la llegada de Claudia Sheinbaum a la Jefatura de Gobierno le encargó la Comisión de Reconstrucción.
Es decir, que continuara los trabajos de apoyo a quienes habían perdido sus viviendas en la capital del país. Si bien dijo que las cuentas no eran claras, nunca denunció penalmente a ninguno de sus excolegas.
Incluso él mismo fue señalado por grupos de damnificados de retrasar la ayuda y no transparentar los recursos del millonario fondo que también manejó.
Hoy, César Arnulfo es secretario de Gobierno de Clarita Brugada, y es a quien menos le convendría una comisión que reabra el caso, pues tendrían que investigar también a constructores y grupos afines a vivienderos de la capital identificados con él.
Todo el mundo sabe que Cravioto es muy cercano a Martí Batres, quien desde hace años se apoya en grupos que acaparan los recursos del Instituto de Vivienda de la CDMX para repartirlos entre sus huestes, como la asociación Benita Galeana, por ejemplo.
Y como el secretario de Gobierno no es ajeno a esas movidas, mejor que ni le muevan los guindas, no se les vaya a voltear el chirrión por el palito y, en una de ésas, salgan más chamuscados de lo que ya están.
CENTAVITOS
Ni qué decir de Víctor Hugo Romo y Cecilia Vadillo, diputados morenistas que presentaron un vehículo Frison T8 4×4 con un valor de medio millón de pesitos —que todo el mundo quisiera creer que salieron de su bolsa— para habilitarlo como Patrulla Anticorrupción y vigilar obras irregulares, bares ilegales y comercios que violan la ley en la Miguel Hidalgo. Se tomaron la molestia de balizarla y hasta se ofrecieron de choferes e inspectores para atender personalmente las denuncias. Muy bien, pero primero tendrán que demostrar quién pompó el camionetón y por qué lo pasean sin placas de circulación, lo que seguramente llamará la atención de la Policía de Tránsito, que no deja pasar una. Y quizá les dé tiempo de trabajar —es un decir— en el Congreso y atender las denuncias al mismo tiempo, pero habría que preguntarles qué facultades tendrían para solicitar documentos o permisos sin ser autoridad. A ver si no los batean y ojalá que no los maltraten por andar de creativos.