
Los líderes de Tailandia y Camboya han acordado este lunes un alto el fuego “inmediato e incondicional” en la ciudad administrativa de Putrajaya (la capital política de Malasia), después de cinco días de enfrentamientos armados que han dejado al menos 35 muertos y alrededor de 300.000 desplazados a ambos lados de la frontera. El cese de hostilidades será efectivo desde la medianoche de este lunes y es “un primer paso vital hacia la desescalada y el restablecimiento de la paz y la seguridad”, ha adelantado a la prensa el primer ministro de Malasia, Anwar Ibrahim, quien ha ejercido de anfitrión de las conversaciones.
“Es hora de comenzar a reconstruir la confianza y la seguridad mutua de cara al futuro”, ha expresado el primer ministro camboyano, Hun Manet, en una comparecencia tras la reunión. Hun ha calificado el encuentro como “muy fructífero” y se ha mostrado confiado de que las conversaciones “ofrecerán muchas oportunidades para que cientos de miles de personas a ambos lados [de la frontera] puedan volver a la normalidad”.
El primer ministro interino tailandés, Phumtham Wechayachai, se ha limitado a decir que el alto el fuego ha sido negociado por su país “de buena fe” y que Tailandia está comprometida con la paz. Antes de abandonar Bangkok esta mañana, Wechayachai había expresado públicamente sus reservas sobre las verdaderas intenciones de Phnom Penh. “Deben demostrar una voluntad genuina, y eso lo evaluaremos durante el encuentro”, declaró a la prensa antes de abordar el avión a Malasia.
La presión internacional, el creciente número de víctimas y el desbordamiento humanitario han empujado a las partes al diálogo. Las conversaciones de emergencia han tenido lugar en la residencia oficial del primer ministro malasio, Anwar Ibrahim, quien ostenta actualmente la presidencia rotatoria de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN). En el encuentro también han estado presentes los embajadores de Estados Unidos y China. Las dos potencias rivales habían pedido diálogo y contención desde el inicio de las escaramuzas y, según fuentes diplomáticas citadas por Reuters, también han contribuido a facilitar la cita.