
¿Y ANTES QUÉ?
Antes de que los humanos pudieran leer o gastar dinero y perder el tiempo en juegos electrónicos, ¿qué hacían, a qué jugaban?
R. Las excavaciones en Mesopotamia y Egipto descubrieron juegos antiguos como el Juego Real de Ur y los Sabuesos y los Chacales. Sin idea de un alfabeto o del mercado, la gente todavía se sentó una frente a la otra con una tabla entre ellos, lanzando dados, moviendo fichas, siguiendo reglas. Es una prueba histórica de que canalizar el espíritu competitivo hacia la interacción estructurada con apuestas inventadas es más que una simple distracción. Es un ritual fundamental para la experiencia humana.
Unos 5 mil años después, entra en el dispositivo digital en red. Ahora esa tabla podría estar en cualquier lugar y en todas partes. Los jugadores también.
Cómo ha cambiado con los “juegos” de ahora, en que los diseñadores de juegos digitales saben que las posibilidades son casi infinitas. El lienzo es la pantalla, donde cada pixel es programable. Los medios son la luz y el color, la palabra y el sonido, el movimiento y el tacto.
El objetivo es persuadir al diluvio de información que amenaza con ahogarnos cada vez que recogemos nuestro dispositivo en una estructura agradable y con propósito. Para dar forma a una experiencia digital que satisfaga ese antiguo impulso de jugar.
LA MIRADA
¿Cree usted que la gente que dice que murió y regresó esté diciendo la verdad, eso de que vieron una luz intensa?
R. Una mirada al interior de la experiencia cercana a la muerte es lo que las personas que sobreviven suelen relatar como vivencias sorprendentes y profundas. Muchos describen sensaciones de flotar fuera de su cuerpo, avanzar por túneles hacia una luz brillante o reencontrarse con seres queridos fallecidos. Otros mencionan una revisión rápida de su vida o una sensación de paz y aceptación. Estas experiencias se repiten en diferentes culturas y edades, lo que ha despertado el interés de la ciencia.
Tradicionalmente, muchos expertos han explicado estos relatos como alucinaciones sueños o efectos de un cerebro agonizante. Sin embargo, investigaciones recientes como las del doctor Sam Parnia y su equipo en NYU Langone Health han abierto nuevas posibilidades.
Al entrevistar a personas que sobrevivieron a paros cardiacos y monitorear su actividad cerebral durante la reanimación encontraron que algunos pacientes recordaban detalles precisos de su entorno mientras estaban clínicamente muertos.
Existen varias teorías para explicar estas experiencias. Algunas apuntan a cambios químicos en el cerebro, como la liberación de endorfinas u otros neurotransmisores. Otras sugieren que la mente crea narrativas reconfortantes para enfrentar el miedo a la muerte. También se ha propuesto que ciertas áreas cerebrales, al quedarse sin oxígeno, pueden provocar sensaciones fuera del cuerpo o visiones intensas.
Aunque aún no hay una explicación definitiva, las experiencias cercanas a la muerte suelen transformar a quienes las viven. Muchas personas reportan perder el miedo a la muerte y adoptar una visión más positiva y compasiva de la vida. La ciencia sigue investigando este fenómeno que nos acerca a los límites de la conciencia humana.
