
Durante años, la franquicia de Los 4 Fantásticos fue considerada uno de los puntos débiles del universo Marvel: un título legendario en los cómics que nunca lograba cuajar del todo en la gran pantalla. Pero ahora, con Pedro Pascal como rostro visible del reboot, el cuarteto más famoso de Marvel parece haber dado finalmente con la fórmula del éxito. Con una recaudación de 118 millones de dólares en su primer fin de semana en Estados Unidos y Canadá, Los 4 Fantásticos: primeros pasos ha conseguido lo que parecía impensable: superar a Superman en la taquilla norteamericana y, de paso, romper la maldición comercial que venía arrastrando la franquicia desde hace más de una década.
Este éxito no es sólo una cuestión de cifras. Es también un gesto simbólico. Marvel llevaba varios años navegando en aguas revueltas. Tras el cierre apoteósico de la saga de los Vengadores, la llamada Fase 5 arrancó con propuestas irregulares, tanto en crítica como en ingresos, y una sensación de fatiga en el público. Sólo Deadpool y Lobezno había conseguido mantener el interés general. Ahora, con el arranque de la Fase 6, el estudio parece haber encontrado un nuevo impulso en el carisma de Pascal y en una historia que, sin reinventar el género, ha sabido conectar con el espectador contemporáneo.
Por el contrario, el nuevo Superman de James Gunn, estrenado el 11 de julio, si bien ha logrado buenos números globales —más de 500 millones de dólares en todo el mundo—, no ha terminado de cuajar fuera de Estados Unidos. A pesar de los intentos del director por modernizar y revitalizar al Hombre de Acero, el personaje sigue arrastrando el peso de sus múltiples reinicios fallidos y de una narrativa que, por momentos, parece anclada en el pasado. Gunn ha intentado imprimir un tono más humano y menos mesiánico al personaje, pero no parece haber sido suficiente para enganchar al público internacional.
Esta tendencia evidencia un cambio de paradigma: mientras Marvel se reinventa con rostros nuevos y tramas más accesibles, DC sigue lidiando con la presión de dar con la tecla adecuada para sus iconos más pesados. La elección de Pascal, un actor con un fuerte tirón entre generaciones diversas y capaz de transitar entre la acción, el drama y la comedia, ha sido clave para revitalizar una franquicia necesitada de identidad propia. Frente a él, Superman se ha convertido en un producto bien empaquetado, pero que no logra despertar pasión más allá del mercado estadounidense.
Otros títulos en cartelera refuerzan esta lectura del momento actual en la industria. Jurassic World: El renacer sigue acumulando cifras impresionantes —718 millones de dólares desde su estreno—, demostrando que la nostalgia y los dinosaurios todavía venden. F1, con Brad Pitt al volante, ha remontado el vuelo y se mantiene en una sólida cuarta posición, gracias a su atractivo visual y su mezcla de deporte y glamour. En el otro extremo, Pitufos, aunque modesto en cifras (69 millones a nivel mundial), representa el interés constante del público familiar por las propuestas animadas con sello nostálgico.
En conjunto, el éxito de Los 4 Fantásticos parece señalar que el público sigue queriendo superhéroes, pero no a cualquier precio. Quiere historias con alma, rostros con los que empatizar y, sobre todo, productos que no parezcan una fórmula repetida hasta el agotamiento. Marvel, al menos por ahora, parece haber tomado nota. Y Pascal, con su magnetismo natural y su capacidad para liderar sin saturar, se confirma como uno de los grandes rostros de esta nueva etapa.
Queda por ver si este impulso se mantiene o si será otro espejismo más en un género que vive entre el colapso y la resurrección permanente. Pero de momento, al menos por este fin de semana, el universo Marvel ha vuelto a brillar. Y lo ha hecho con una historia que parecía olvidada, unos héroes que estaban en el limbo… y un actor que, una vez más, ha demostrado que tiene el toque de oro. @mundiario