
En el panorama actual de la información, las palabras que usamos a diario tienen un poder insospechado respecto a los roles de género. Muchos de ellos se han identificado como conceptos machistas, pero algunas personas los siguen usando.
Términos que parecen inofensivos pueden ser, en realidad, expresiones arraigadas en el sexismo cotidiano funcionando como engranajes en una maquinaria que sostiene y promueve una masculinidad normativa, al tiempo que busca contener y controlar a las mujeres.
Antes los términos sexistas, surge la pregunta respecto a qué significan y por qué son negativos.
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¿Por qué calificar a alguien de «hipersensible» puede ser un acto sexista?
La palabra «hipersensible«, cuando se aplica despectivamente, se convierte en una herramienta para invalidar emociones y respuestas legítimas. En el marco de las expresiones sexistas cotidianas que el estudio de la Universidad Autónoma de México (UNAM) examina, esta etiqueta funciona como un «recurso»:
- Produce efectos sobre las mujeres: al etiquetarlas como «hipersensibles«, se minimizan sus preocupaciones, se descalifican sus argumentos o se atribuye a una supuesta debilidad emocional lo que podría ser una reacción válida a una injusticia o un comentario sexista.
- Mantiene ideales sobre la sexualidad masculina: implícitamente, al desvalorizar la sensibilidad, se refuerza un ideal de masculinidad que prioriza la dureza y la falta de expresión emocional, lo que se alinea con la «masculinidad normativa» que el estudio busca problematizar.
- Contiene y sanciona a las mujeres: esta etiqueta busca limitar la expresión de las mujeres, «contenerlas» en esferas de reacción aceptables por la norma masculina y «sancionarlas» cuando se desvían de ellas.
¿Qué es “energía masculina y femenina»? Los remanentes de los roles de género
Los conceptos de «energía masculina» y «energía femenina», a menudo presentados como arquetipos esenciales e inmutables, son problemáticos porque rigidizan y limitan la comprensión de la identidad de género, contribuyendo al orden de dominación, de acuerdo con la Universidad de Chile.
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Estos términos, aunque suenen espirituales, refuerzan divisiones binarias que el sexismo aprovecha:
- Sostienen la masculinidad normativa: al atribuir ciertas características (como la fuerza, la acción, la lógica) a la «energía masculina» y otras (la receptividad, la intuición, la emoción) a la «energía femenina», se promueve la adhesión a roles de género tradicionales, que benefician a la «masculinidad normativa».
- Crean escalas de gravedad: al establecer una jerarquía implícita donde la «energía masculina» es valorada por su capacidad de «producción» y «control» (como lo hace la violencia sexista) y la «energía femenina» por su rol «nutritivo» o «pasivo», se configuran «escalas de gravedad» sexistas.
- Refuerzan el control sobre las mujeres: estas idealizaciones de la «energía femenina» buscan «contener, sancionar y controlar a las mujeres en todas las esferas», al definir cómo deben ser o actuar para ser consideradas «femeninas», limitando su agencia y autonomía.
¿Qué es el fenómeno «Tradwife»?
El movimiento «Tradwife» (esposa tradicional) promueve un retorno a roles de género ultratradicionales, donde la mujer se dedica exclusivamente al hogar, al cuidado de los hijos y a la sumisión a su esposo.
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Este fenómeno, aunque se presenta como una «elección», se inscribe directamente en las prácticas que el estudio de la UNAM identifica como base para el «mantenimiento de un orden de dominación basado en el poder de la violencia masculina sexista y sexual»:
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Consolida la jerarquía asociativa de la masculinidad: al abogar por la autoridad masculina incuestionable en el hogar, el «Trad Wife» reactiva una «acción que involucra a la jerarquía asociativa de la masculinidad», donde los hombres jóvenes son incentivados a inscribirse en una «enciclopedia de masculinidad normativa» que valida su dominio.
- Soporta prácticas de control: esta ideología soporta prácticas cuya finalidad es el «controlar a las mujeres en todas las esferas», desde su vida profesional hasta su autonomía personal, limitándolas a un rol doméstico y de servicio.
- Refuerza cadenas de sexismo: al glorificar la sumisión femenina y el poder patriarcal, el movimiento «Trad Wife» se inserta en «cadenas que vinculan recursos» sexistas y «configuran escalas de gravedad», donde el sometimiento de la mujer es visto como un ideal.
¿Cómo identificar los términos sexistas?
La capacidad de reconocer estas expresiones sexistas en nuestra comunicación diaria es un paso fundamental para desafiar las estructuras de poder que las sustentan.
No se trata solo de señalar palabras, sino de entender la intención y el efecto que tienen en la perpetuación de desigualdades.
Para identificar el uso sexista de «hipersensible», es clave observar si se emplea para silenciar o desestimar las reacciones emocionales de una persona, especialmente mujeres, tildándolas de excesivas o irracionales.
En el caso de las «energías masculina y femenina«, se detecta el sexismo al observar si se utilizan para asignar de forma rígida y binaria características o roles a hombres y mujeres.
Finalmente, el fenómeno «Tradwife» se identifica por una retórica que idealiza y promueve el rol de la mujer como exclusivamente doméstico y subordinado al hombre.
Términos como «hipersensible«, «energía masculina» o «energía femenina» cuando se usan para encasillar o el ideal de «Tradwife«, no son meras palabras; son artefactos para preservar un poder machista en todos los niveles de la sociedad.