
Un reporte producido, al parecer, por las autoridades de Veracruz marcaba que la maestra y taxista Irma Hernández Cruz participaba con un grupo en el cobro de cuotas a taxistas en la zona de Álamo.
La sexagenaria Irma habría tratado de cambiar de grupo y en represalia la secuestraron, obligaron a grabar un videomensaje y mataron. ¿Es cierto eso? Por lo visto, el Gabinete de Seguridad del gobierno federal le concedió una temprana validez al reporte y difundió un también temprano comunicado donde circunscribe este hecho de horror a “una disputa entre grupos delictivos por el cobro de cuotas”.
Luego, la presidenta Sheinbaum expresó “que deben investigarse las condiciones” en que esto ocurrió, “que se clarifique cómo fue la muerte de esta mujer”. Y sobre esas conjeturas (que quizá sean sólidas), el nuevo gobierno se monta en el viejo discurso del enfrentamiento entre “ellos”.
Al hacerlo reconoce que “ellos” siguen estando allí, controlando, secuestrando, torturando, matando, mandando; que a través de la plata o el terror, “ellos” siguen siendo dueños de las maestras Irmas. Qué pobreza policiaca, política y humana envuelven estas explicaciones de que una mujer secuestrada, exhibida y asesinada fue, en realidad, “una disputa entre grupos criminales”.
X: @CiroGómezL