
sábado 26 de julio de 2025
Casi familia (2025), dirigida por Felipe Joffily, propone un encuentro cultural entre Brasil y Argentina a través de una historia familiar ambientada en Bariloche. La trama gira en torno a Otávio (Leandro Hassum), un hombre carioca que viaja junto a su familia a la Patagonia para conocer a los parientes de su futuro yerno argentino (Simón Hempe), con quien su hija (Julia Svacinna) planea casarse. Del otro lado lo espera Héctor (Gabriel Goity), empresario hotelero barilochense y padre del prometido, listo para recibir a su contraparte con asado, paisajes y protocolos familiares.
Lo que en el papel parece un choque cultural propicio para la comedia, en pantalla se convierte en un desfile de lugares comunes. Hay confusiones idiomáticas, tensiones mínimas y bromas intercambiables, todas resueltas sin sobresaltos. La película hace foco en las diferencias folclóricas entre Brasil y Argentina, pero evita cualquier profundidad que incomode el tono liviano. Los personajes se comportan como extras de una publicidad institucional, más interesados en promover la convivencia y el turismo que en protagonizar una historia.
A pesar de estar rodada íntegramente en Bariloche, el uso de la locación se limita al decorado. La nieve, los cerros y un hotel de lujo funcionan como escenografía de una historia que no avanza. La puesta en escena acompaña esa lógica: cámaras que repiten movimientos sin intención, planos que no buscan sentido, y un guion que parece redactado en la década del 60.
Casi familia no es una propuesta, es un trámite audiovisual. Estrenada en 2025, pero anclada en fórmulas que dejaron de funcionar hace tiempo, evita cualquier riesgo narrativo con la esperanza de resultar inofensiva. No hay transformación, ni en los personajes ni en el relato. Solo hay postal, guiño amable y final previsible.
Sin desarrollo dramático ni mirada actual, lo que queda es una comedia que parece diseñada por un algoritmo que quiere gustar a todos, pero no dice nada. Mientras otras ficciones transnacionales aprovechan los cruces culturales para explorar tensiones o revisar identidades, esta elige la ruta más simple. El viaje que promete nunca empieza: Casi familia hace las valijas, pero se queda en migraciones, esperando un vuelo que ya no sale.