
Las vacaciones de verano gritan playa, alberca o cualquier lugar donde podamos nadar. Sin embargo, estos sitios traen consigo riesgos. Desde hongos en los pies, hasta sufrir oído de nadador. Para prevenirlo, aprende a sacar el agua del oído después de nadar.
Cuando tenemos contacto con el agua, en especial si nos sumergimos en ella, existe el riesgo de que entre y se deposite en el oído. La razón es la forma curva del canal auditivo y el cerumen, que sirve como protección, pero también retiene la humedad.
El problema es que, al haber agua en este canal, las bacterias u hongos pueden reproducirse, pues se propicia un ambiente cálido y húmedo. Esto deriva en el famoso oído de nadador, una infección del oído.
Si bien, no siempre que se nos mete agua en el oído tendremos una infección, es mejor mantener nuestros oídos secos. Para evitar que tus vacaciones se conviertan en un dolor de cabeza, sigue estos consejos para sacar el agua del oído después de nadar.
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Señales de tener agua en el oído
- Sensación de oído tapado, como si algo bloqueara el conducto auditivo. Puede compararse a la sensación al viajar en avión o carretera.
- Ruidos extraños al mover la cabeza. Al inclinar o sacudir la cabeza, puedes percibir un sonido como de líquido moviéndose dentro del oído.
- Disminución de la audición. Cuando se mete agua en el oído, interfiere con la vibración normal del tímpano, por lo que escuchas menos.
- Escuchas eco al hablar. Esta es otra de las señales de que el canal auditivo tiene agua en su interior.
- Incomodidad o presión. El agua en el oído puede generar una ligera molestia. Ojo, cuando esta se convierte en un dolor intenso, es señal de infección.
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Trucos para sacar el agua del oído
- Inclina la cabeza hacia el lado donde sientes el agua dentro del oído y jala suavemente el lóbulo de la oreja. En seguida, sacude ligeramente la cabeza para que la gravedad ayude a expulsar el agua.
- Inclina la cabeza del lado donde tienes agua y coloca la mano ahuecada sobre la oreja. Presiona ligeramente y suelta rápido para crear un vacío que ayude a sacar el líquido del oído.
- Plancha una toalla o pañuelo de tela y colócalo sobre el oído. Recuéstate sobre ese lado para que el calor relaje los tejidos y facilite el drenado del agua. Ojo, el calor debe ser seco, no mojes el paño. De lo contrario, generarás más humedad.
- Gotas secantes. Existen gotas para nadadores que ayudan a secar la humedad residual después de nadar. Sin embargo, antes de usarlas se recomienda consultar un médico para descartar que exista una perforación de tímpanos u otra condición.
Si los métodos caseros no funcionan, lo mejor es ir con el médico. Ignorar el agua en el oído puede derivar en una infección conocida como oído de nadador, que provoque dolor y, en algunos casos, fiebre.
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¿Qué es el oído de nadador?
Médicamente conocida como otitis externa, el oído de nadador es una infección del canal externo del oído, a consecuencia del agua o humedad que queda después de nadar. Esta favorece la proliferación de bacterias que dan como resultado esta infección.
Entre los síntomas del oído de nadador se encuentran: sensación de oído tapado; comezón o irritación; dolor que aumenta al jalar el lóbulo o presionar alrededor del oído; inflamación o enrojecimiento del canal auditivo, y secreción clara o pus, que puede oler mal.
Asimismo, es posible presentar una disminución o pérdida de la audición, la cual es temporal, así como ganglios inflamados y, en casos más graves, fiebre.
En general, el oído de nadador no es grave y se trata con gotas para los oídos. Sin embargo, no tratar esta infección a tiempo, puede derivar en complicaciones. Entre estas se encuentran infecciones persistentes y, en casos raros, del tejido profundo o daño óseo y cartilaginoso.
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¿Cómo evitar que se meta agua en el oído al nadar?
- Usa tapones o gorro de natación que cubra las orejas. Esta es la forma más efectiva de impedir que el agua entre a tu oído cuando estás en la alberca o mar.
- Seca tus oídos inmediatamente después de nadar. Hazlo inclinando la cabeza e introduciendo la punta de la toalla, con cuidado.
- Utiliza gotas secantes de forma preventiva. Si eres propenso a que se te meta agua en el oído, consulta con tu médico sobre el uso de estas gotas después de nadar.
- Evitar nadar en aguas sucias. Si bien, esto no impide que el agua se meta a tu oído, si te protege de una infección, pues no estás expuesto a microorganismos que las generen.
Eso sí, sin importar cuán molesto sea, los especialistas recomiendan nunca introducir objetos en los oídos cuando sientas que tienes agua dentro. Incluso los dedos pueden dañar la piel del canal y favorecer una infección, o podrían empujar el agua hacia adentro.
Evita terminar con oído de nadador y dolor durante tus vacaciones. Si sientes que te quedó agua dentro del oído después de estar en la alberca o mar, sigue estos consejos para sacarla y prevenir infecciones.