
A través de sus redes sociales, la primera dama de Nuevo León, Mariana Rodríguez, compartió cómo fue el parto prematuro de Isabel y su posparto, un proceso lleno de emociones, aprendizajes y retos.
Desde el baby blues, la lactancia, el parto prematuro y la adaptación de su hija mayor, Mariel, Mariana abrió su corazón con total honestidad.
Mariana Rodríguez comparte cómo ha vivido el posparto
Mariana confesó que estos días han sido emocionalmente intensos. Habló abiertamente sobre el baby blues, ese duelo silencioso que muchas mujeres atraviesan después de parir:
“Es un duelo a lo que fuiste, a lo que eres y a lo que serás”.
Reconoció que se ha sentido abrumada al no poder dedicarle el mismo tiempo a Mariel que antes. “Sentí que me quitaron como un pedazo de mi corazón”, dijo con sinceridad.
A pesar de que Mariel ha estado bien cuidada, el hecho de no poder estar emocionalmente disponible al 100% para ella le ha dolido.
Agradeció profundamente tener una red de apoyo cercana: su mamá, su papá y sus hermanos han sido clave.
También habló del papel de su esposo Samuel García, quien ha estado más presente con Mariel: la duerme, desayunan juntos y la acompaña en diversas actividades. Mariana considera que este nuevo vínculo entre padre e hija es algo muy valioso que ha surgido gracias a esta nueva etapa.
Isabel nació prematura y pasó una semana hospitalizada
Isabel nació a las 36 semanas de gestación, por lo que estuvo una semana en el hospital, al igual que Mariana. El parto ocurrió el 12 de julio a las 12:42 a.m., pero el trabajo de parto comenzó desde el viernes anterior a las 3 de la tarde.
Mariana tuvo contracciones leves, avisó a su doctor y al llegar al hospital descubrieron que ya tenía 4 cm de dilatación. Aunque le dijeron que podía regresar a casa, finalmente se quedó.
Este segundo embarazo fue físicamente más exigente para Mariana, ya que tenía que cuidar a Mariel todo el tiempo. Aún así, dijo que disfrutó ambos embarazos y celebró que, como en el caso de su primera hija, tuvo un parto natural.
El reto de la lactancia sin tener a Isabel cerca
Una de las confesiones más emotivas fue sobre la lactancia. Mariana explicó que no pudo estar con Isabel los primeros días, lo que la hizo sentir frustrada por no poderle dar el calostro, algo que considera muy importante.
Sin embargo, las enfermeras la ayudaron recolectando gotitas de calostro en un vasito para que Isabel pudiera recibirlo.
Aun sin tener a su hija cerca, Mariana se mantuvo constante con el uso del extractor de leche:
«La bubbie es celosa: si no la estimulas, no va a salir», explicó.
Durante días se sacaba leche cada dos horas, al principio solo obtenía unas gotas, pero con el tiempo tuvo su «golpe de leche». Su bebé actualmente toma 15 minutos de cada pecho, y ella extrae de 5 a 7 onzas más, lo cual reconoce como una buena producción.
Además, Mariana enfatizó que cada mamá vive la lactancia de forma distinta, y dio un mensaje de empoderamiento:
«No se menosprecien por cómo alimentan a sus bebés. Cada quien hace lo que puede con lo que tiene».
Cómo ha llevado Mariel la llegada de Isabel
En varios momentos, Mariana ha compartido que Mariel ha tenido días buenos y días complicados. A veces no quiere que su mamá cargue a Isabel más que para darle de comer, y aunque eso le duele, Mariana sabe que es normal y que Mariel necesita atención especial, sobre todo emocional.
Ella ha buscado estar más presente con Mariel, entender sus emociones y acompañarla. También contó que no se está exigiendo recuperar su peso y que está disfrutando cada momento como se presenta, sin presiones externas.
Prioridad a la salud y a su familia
Mariana decidió no recibir visitas durante esta etapa, salvo su familia cercana, ya que Isabel aún no tiene vacunas. «La salud de mi hija va primero», afirmó.
También contó que desde Mariel se considera una mamá pro vacunas y que su hija mayor empezó con estimulación acuática desde los dos meses.
Otra parte importante de su testimonio fue recordar que en agosto de 2024 tuvo una pérdida gestacional, y que en noviembre se embarazó de nuevo. Aunque no planea otro hijo por ahora, está abierta a la posibilidad de seguir creciendo su familia.
Mariana Rodríguez y su mensaje para otras mamás
Más allá de compartir su experiencia, Mariana quiso dejar un mensaje claro: hablar de lo que sentimos es fundamental. Recomendó acudir a un profesional de la salud si el baby blues o el duelo emocional del posparto se prolonga.
También hizo hincapié en la importancia de la paciencia en la cuarentena y en valorar estos primeros días, aunque no todo sea perfecto. “Ahora nos toca estar en familia, con nuestras familias”, dijo.
El posparto de Mariana Rodríguez es un testimonio valiente, honesto y profundamente humano. Compartir lo difícil, lo bello y lo vulnerable de esta etapa ayuda a muchas otras mujeres a sentirse acompañadas en sus propios procesos.