
Lo que debía ser una audiencia judicial rutinaria terminó en caos y reclamos públicos. Ximena Pichel, conocida en redes sociales como “Lady Racista”, compareció este viernes ante las autoridades de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, en los juzgados ubicados en Doctor Lavista, donde enfrentó cargos por el delito de discriminación. Al salir, la tensión social que ha desatado su caso se hizo sentir con fuerza.
La audiencia, que duró aproximadamente tres horas, contó con la presencia del agente de tránsito Carlos Eduardo Plata Gutiérrez, víctima directa del episodio de racismo ocurrido el pasado 5 de julio en la colonia Condesa. En dicho incidente, captado en video, Pichel arremetió con insultos clasistas y racistas mientras un grupo de oficiales intentaba colocarle un inmovilizador a su vehículo.
Tras concluir la audiencia, y mientras intentaba retirarse del edificio, Pichel fue recibida por un grupo de personas que la esperaban fuera de las salas. Entre gritos de “¡fuera de México!” y “¡regresa a tu país!”, los manifestantes le arrojaron agua y refresco en señal de repudio. Aunque logró abordar un vehículo, la escena fue grabada por reporteros y ciudadanos, y volvió a viralizarse en redes.
Además de enfrentar un proceso penal que podría derivar en una condena de uno a tres años de prisión, multas y trabajo comunitario, Pichel también está siendo investigada por el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación (Copred), que analiza sanciones administrativas y posibles medidas de reparación simbólica.
Días antes de la audiencia, la señalada había intentado suavizar su imagen pública: envió una carta de disculpa a la Secretaría de Seguridad Ciudadana y solicitó reunirse con el oficial agredido. Sin embargo, un segundo video revelado por medios volvió a sacudir la opinión pública, pues se le observa insultando a una mujer vigilante en un edificio.
La próxima audiencia quedó programada para el lunes 28 de julio, cuando se espera que el juez determine si Pichel enfrentará proceso bajo medidas cautelares o si se aceptará un acuerdo reparatorio. Por lo pronto, el clima social alrededor de su caso parece escalar, alimentado por el hartazgo ciudadano ante actitudes discriminatorias que, aseguran activistas, deben ser sancionadas con firmeza.