
Parece que la política se empeña en juntar los caminos de Salomón Chertorivski y Alejandra Barrales, y no precisamente como aliados, sino como adversarios en los partidos que los han cobijado.
En 2018, ambos personajes disputaron la candidatura de la alianza PAN, PRD y Movimiento Ciudadano por la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, donde el PRI se fue por su lado con Mikel Arriola, hoy alto funcionario en la Federación Mexicana de Futbol.
La alianza tuvo que acelerar su decisión por presiones del PRD, que sugirió no esperar las últimas encuestas internas y nombrar a Barrales como abanderada, dejando en el camino a Chertorivski, exsecretario de Economía del DF, y a Armando Ahued, exsecretario de Salud.
Esto porque en el ambiente permeaba la idea de que Salomón se ubicaba rápidamente en las preferencias de los simpatizantes de la alianza, por lo que desde el sol azteca se operó para nombrar a Alejandra antes de que la situación se saliera de control.
Como se sabe, la ganadora fue la morenista Claudia Sheinbaum, por lo que Barrales decidió exiliarse en el extranjero para hacer negocios, mientras que Chertorivski se unió a un grupo de intelectuales para hacer análisis político, hasta que acabó en Movimiento Ciudadano.
En 2024 fue candidato naranja en la CDXM, pero quedó muy por debajo de la morenista Clara Brugada y del panista Santiago Taboada. Aun así, le dio visibilidad a los fosfo en la capital, por lo que se habló de un cargo importante en el partido de Dante Delgado.
No contaba con que, en su época de dirigente del PRD, Alejandra hizo una gran relación con Dante, que le permitió regresar como senadora pluri al Senado de la República y obtener el control de MC en la capital del país, con su fiel escudero Royfid Torres, actual diputado local.
Ante la buena perspectiva que avizora ese partido en la CDMX, la franquicia se vuelve muy atractiva para muchos, entre ellos para la propia Barrales, que quiere tomar el control de los naranjas, lo que, obviamente, afectaría a Salomón.
Oficialmente, el dirigente local es el experredista Alejandro Piña, en algún tiempo cercano a Julio César El Nenuco Moreno, cacique de Venustiano Carranza, pero definitivamente no es el que manda.
Incluso cuando Alejandra decidió exiliarse en Miami, Royfid intentó darle golpe de Estado, pero a su regreso lo puso en su lugar y regresó al carril. Aunque en la CDMX ven a la hoy senadora como una amenaza local, nadie puede descartar que busque dar el brinco a lo nacional. Por lo pronto, una vez más los caminos de ella y de Salomón se cruzan.
CENTAVITOS
Que alguien le explique a Clarita Brugada que las estaciones del Metrobús no están dentro de la UNAM y que la autoridad no viola ninguna autonomía si defiende de los grupos violentos a la ciudadanía. Y es que la jefa de Gobierno quiso justificar los destrozos que vándalos del llamado Bloque Negro hicieron el domingo en la marcha contra la gentrificación, en la cual —como acostumbran— dañaron instalaciones de la UNAM e incendiaron una librería sin que la Policía moviera un dedo. Clarita dijo que su gobierno jamás violaría la autonomía universitaria, por eso no actuaron contra los vándalos, pero da la casualidad que también causaron destrozos en el paradero de la estación Perisur del Metrobús, que hasta ayer no era patrimonio azul y oro, a menos que en las últimas horas se haya cambiado la ley. Morena prefiere para los vándalos: ¡abrazos, no macanazos!