
Rust (2024) se inscribe en el western crepuscular, un subgénero que explora la redención de su veterano protagonista. En este caso, Alec Baldwin encarna a Harland Rust, un pistolero desalmado que, tras ser condenado a la delincuencia por la expropiación de sus tierras, busca una última acción benevolente.
La trama sigue a Rust en su intento de rescatar a Lucas (Brady Noon), su nieto de 13 años, quien está a punto de ser ahorcado por la ley en Kansas. Juntos, abuelo y nieto, emprenden un camino de fuga hacia México, construyendo en el trayecto el vínculo que nunca tuvieron.
La producción de la película se detuvo abruptamente en octubre de 2021 debido a la trágica muerte de su directora de fotografía, Halyna Hutchins. El lamentable incidente ocurrió cuando Alec Baldwin disparó un arma que, inesperadamente, contenía balas reales, hiriendo fatalmente a Hutchins.
Halyna Hutchins, de nacionalidad ucraniano-estadounidense, era una profesional reconocida en la industria cinematográfica, habiendo colaborado en más de treinta producciones. Su fallecimiento conmocionó al medio y desató un mediático proceso judicial que culminó con un acuerdo entre los abogados de Baldwin y la familia de la víctima. Tras la resolución legal, el rodaje de la película se reanudó en 2023.
Dirigida por Joel Souza y basada en una historia creada por Souza y el propio Baldwin, la película funciona muy bien en su primera mitad. Son destacables los soberbios planos de rostros y paisajes, para contar la historia con imágenes sin recurrir a diálogos redundantes.
Sin embargo, en la segunda mitad, la narración se bifurca en demasiadas líneas temáticas, ahondando en la vida y obra de todo el elenco de personajes, entre ellos el alguacil estadounidense Wood Helm y el cazarrecompensas Fenton «Preacher» Lang (interpretados por Jensen Ackles y Travis Fimmel respectivamente). Si bien esta decisión busca dotar de mayor espesor dramático a los roles secundarios, termina por dilatar la trama central de la fuga y distraer la atención principal.
Paradójicamente, la dirección de fotografía de la fallecida Halyna Hutchins es uno de los puntos más altos del film. Los rostros en claroscuro y personajes en contraluz, junto con las espléndidas puestas de sol, enriquecen la trama y otorgan matices al relato. De esta forma, la luz pinta la silueta de los personajes, construyendo el mito y la leyenda fantasmal de estas figuras icónicas.
Como película, Rust es correcta, con momentos destacables y otros menos logrados. A pesar de sus altibajos, es un relato clásico y potente de una «última jugada», una que quizás resuene de manera especial con la carrera de Baldwin, dada la relevancia de la película en su trayectoria.