
El mundo ha recibido la influencia, en gran parte, de Europa: conocimiento: creatividad y destrucción; cultura, ciencia, arte; la piel y moral camaleónica, con sus dos tipos de pesas y medidas, en la política, en la guerra, en la sociedad, en el deporte… Félix Lévitan (París, 12/X/1911 – Cannes, 18/II/2007), personaje arrogante, autoritario, de enorme visión deportiva, codirector del Tour de Francia, al que disparó al empíreo deportivo y financiero —a él se debe que la meta del Tour esté situada desde 1975 en la hermosa avenida de los Campos Elíseos, así como la creación del emblemático maillot de lunares del líder de montaña— escribió: “Aquel que no se dope es un pobre tipo consagrado, de antemano, a la derrota”, una frase cruda, con sentido lapidario, que apareció en 1965 en Le Miroir des sports, del cual era director.
Visión de una época, más abierta o más cínica, según se desee ver. El tiempo transforma ideas y genera toma de decisiones. La competencia deportiva ha cambiado. A la visión de Juan Antonio Samaranch, presidente del COI de 1980 a 2001, a su renovado y enriquecedor legado, desapareció el vocablo amateur en 1982 y se autorizó la presencia de profesionales, como el famoso Dream Team, el equipo de ensueño del basquetbol de EU, en Barcelona 1992, así como el regreso del tenis a los JO de Seúl 1988, expulsado desde 1928 al percibir que no era blanco, sino marrón.
A Jim Thorpe, Sendero luminoso, Wa-Tho-Huk en lengua kikapú, de la tribu Sac y Fox, de Oklahoma, lo despojaron del oro olímpico de Estocolmo 1912 por haber recibido 35 dólares semanales por jugar beisbol. El deporte, como espectáculo, fenómeno de masas, es un templo en el que se compite no sólo por alcanzar la gloria, el honor, sino la retribución económica. La corona de laurel forrada de dólares. En el deporte hay reglas. Éstas deben cumplirse. Crean un orden universal que no existe en la vida diaria de la sociedad.
Cuando se rompen a través de la trampa, del engaño, se desmorona el edificio agonal y lúdico. El tramposo debe ser expulsado y castigado. El 13 de octubre de 2024 el atletismo puso los ojos del tamaño de un plato al enterarse del acontecimiento en maratón: en Chicago, la keniana Ruth Chepngetich señala RM en 2 horas 09’56”. Primera mujer en romper el muro de las 2 horas con 10 minutos, etc. etc. etc. Hace unos días se conoce, a través de la Unidad de Integridad Atlética, que en su orina recolectada el pasado 14 de marzo dio positivo por el diurético Hidroclorotiazida (HCTZ).
En tal cantidad que acaso podría limpiarse de cualquier rastro de sustancia prohibida a una manada de 10 elefantes kenianos. La tramposa, ¡ay!, pobrecita, podría recibir una sanción de dos años. El TAS establece castigos para disuadir a los atletas de doparse. ¡Pero cómo se va a disuadir a los atletas si no les afecta en sus objetivos medulares? Ganar dinero, mantener el RM y competir en los JO. Qué clase de sanción representan dos años. La victoria ciega a la mayoría de comunicadores. En Europa hay quienes afirman que a Jannik Sinner no se le debió permitir jugar en Wimbledon.
