
sábado 12 de julio de 2025
Aunque filmada en San Antonio de Areco, Magic Farm (2025) transcurre en un pueblo ficticio donde la lógica documental se invierte: lo que aparece en pantalla no surge de la observación, sino de una mirada externa que impone sentido y transforma el registro en construcción.
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Un equipo extranjero llega con la promesa de filmar un documental. Sin embargo, su intervención altera el paisaje: introducen símbolos vacíos, manipulan escenarios y editan la vida rural como si fuera un spot publicitario. Entre rumores de agroquímicos, autos herrumbrados, perros callejeros y carteles con mensajes, una serie de personajes erráticos se mueve en un espacio que nunca termina de estabilizarse.
Ulman elude el costumbrismo y propone una puesta en escena atravesada por elementos de videoclip retro, referencias pop y estructura coral. Desde allí, expone los mecanismos de apropiación y simplificación con los que la cultura audiovisual transforma lo singular en contenido estandarizado.
La contaminación aparece como una interferencia persistente, no como eje central, sino como expresión de una toxicidad discursiva más amplia: aquella que reduce conflictos complejos a narrativas de consumo inmediato.
Con guiños a Robert Altman y al cine español de los noventa, la película construye una narrativa descentralizada, en la que las trayectorias individuales no confluyen ni buscan hacerlo. La fragmentación sustituye al relato común, y cada personaje se desplaza según su propia lógica, generando un entramado de disonancias. Ese mismo principio rige la configuración del espacio, presentado como una maqueta atravesada por signos vaciados de sentido.
Más que una sátira local, Magic Farm plantea una crítica al modo en que la industria del entretenimiento convierte los territorios en superficies neutras. Ulman señala cómo el audiovisual global borra diferencias, prioriza el impacto y desplaza la complejidad.
Las decisiones absurdas que recorren la película no buscan complacer. Por momentos, la multiplicación de subtramas difumina el enfoque, pero la incomodidad se vuelve parte del dispositivo. Aquí, el error no se corrige, sino que se afirma como procedimiento.