
Esta suele ser la excusa esgrimida por todos aquellos que se arrepienten de haber escrito posts polémicos: «Me hackearon la cuenta». Sin embargo, en el caso de Elmo, popularísima marioneta y estrella de la histórica serie infantil de Sesame Street (Plaza Sésamo o Barrio Sésamo, dependiendo de tu país), hay que creerle.
Todo ocurrió el 13 de julio, cuando en el perfil X del personaje infantil aparecieron mensajes de odio racistas y antisemitas. Aunque esos mismos tuits fueron rápidamente borrados, algunas capturas de pantalla sobrevivieron y siguen circulando: en ellas, la mascota roja y peluda habría llamado a la violencia contra los judíos y exigido la publicación de los documentos secretos relativos a Jeffrey Epstein, un caso especialmente escabroso que también está creando fisuras dentro del frente populista y conspiracionista vinculado a Trump.
Eso no lo dije yo
Lo cierto es que esos mensajes no estaban «firmados» por Elmo, y en las últimas horas un portavoz de la producción de Plaza Sésamo aclaró la causa de la fechoría: el perfil oficial de Elmo en X, de hecho, fue supuestamente»comprometido por un hacker desconocido que publicó mensajes repugnantes. Creado en 1980, Elmo es un simpático monstruito pelirrojo, tiene siempre tres años y mira el mundo con asombro y candor, además de hablar constantemente de sí mismo en tercera persona: dentro del programa de Barrio Sésamo anima el segmento conocido como “El mundo de Elmo”, que suele estar lleno de máximas de cortesía y buen vivir, los mismos mensajes que se pueden ver poblando sus cuentas sociales. El pasado 7 de julio, por ejemplo, Elmo escribió:»¡Feliz lunes a todos! Elmo está aquí para alegrarles»; en mayo, tenía ganas de buenos sentimientos:»Elmo quiere que sepas que… ¡ELMO TE QUIERE!»; o «Elmo quiere a sus profesores. Hacen a Elmo más inteligente, más fuerte y más amable cada día». En fin, que Elmo quiere a todo el mundo y no está relleno de buenas intenciones.
En resumen, hasta el menos atento pudo comprobar de inmediato que los mensajes que aparecían en el perfil social de Elmo eran falsos, obra de algún malintencionado que se había apoderado del perfil. No es, por cierto, el único caso reciente de antisemitismo que ha afectado a la plataforma X, antes conocida como Twitter y rebautizada tras su compra por Elon Musk (a quien, por cierto, sus empleados llamaron en su día «Elmo»). La semana pasada, la empresa informática xAI tuvo que congelar su chatbot Grok, basado en inteligencia artificial, después de que difundiera numerosos mensajes antisemitas, con apodos despectivos, alabanzas a Hitler y diversas teorías conspirativas. Sin embargo, en una larga carta de disculpa, X admitió que esos mensajes se habían recopilado a partir de tuits que existían realmente en la plataforma y que, por tanto, habían sido escritos por usuarios con opiniones extremistas, dado que la propia red social se enorgullece de acoger cualquier forma de expresión.
Artículo originalmente publicado en WIRED Italia. Adaptado por Mauricio Serfatty Godoy.