
jueves 17 de julio de 2025
Sol negro (Soleil noir, 2025) se adentra en un universo donde los vínculos familiares, las marcas del pasado y la búsqueda de justicia se entrelazan en un thriller que actualiza el espíritu del folletín clásico con una mirada contemporánea.
A lo largo de seis episodios, la serie sigue a Alba (Ava Baya), una madre que intenta reconstruir su vida como trabajadora en una finca florícola de la Provenza. La repentina muerte del dueño del lugar y la revelación de que es su hija biológica la colocan en el centro de una disputa hereditaria que expone tensiones latentes. Desde entonces, su sola presencia desestabiliza una estructura familiar marcada por secretos, recelos y jerarquías inamovibles.
El recorrido de Alba —marcado por la urgencia de proteger a su hijo— funciona como núcleo emocional del relato. La serie evita toda idealización de la maternidad y presenta ese vínculo como una forma diaria de resistencia. A través de ella, Sol negro problematiza el lugar de las mujeres en espacios de poder, así como los mandatos que persisten en lo familiar y social.
Creada por Nils-Antoine Sambuc (En thérapie), la narrativa combina recursos del melodrama con el thriller psicológico. Cada personaje parece operar desde la sospecha, el silencio y la estrategia. En ese entramado destaca Isabelle Adjani, quien interpreta a una matriarca que impone su poder desde la quietud y el cálculo. Sin embargo, Sol negro apuesta por la velocidad y el impacto, relegando la construcción de atmósferas y el desarrollo narrativo. La trama avanza a fuerza de giros constantes que, en lugar de generar tensión, terminan vaciando de sentido lo que ocurre en pantalla.
Desde lo visual, Sol negro potencia su relato con un juego de contrastes: la calidez luminosa de la Provenza convive con una densidad emocional que se insinúa sin llegar a estallar. La belleza del entorno funciona como velo de una trama cargada de tensiones internas, donde el peligro no proviene del exterior, sino que se gesta dentro de la propia familia.