
Si bien Sé lo que hicieron el verano pasado (I Know What You Did Last Summer, 2025) es la cuarta entrega de la saga que inició con el filme Sé lo que hicieron el verano pasado (I Know What You Did Last Summer, 1997) -contando la serie televisiva homónima del 2021 que era independiente de las películas previas, pero que estaba basada en la misma novela de 1973 escrita por Lois Duncan-, es una secuela de la segunda entrega Todavía se lo que hicieron el verano pasado (I Still Know What You Did Last Summer, 1998). Luego del regreso de la saga de Scream (1996), otro de los slashers más exitosos de los noventa, ahora es el turno del misterioso asesino con traje de pescador y su despiadado garfio.
La presente entrega, en cierto modo ignora (y no podemos culparla) el tercer largometraje Siempre sabré los que hiciste el verano pasado (I’ll Always Know What You Did Last Summer, 2006). La acción se sitúa en la actualidad, en la misma ciudad costera donde sucedieron los hechos de la primera entrega, Southport y nuevamente inicia con los festejos del Día de la Independencia de Estados Unidos, el 4 de julio. Sin embargo, el escenario ha cambiado, ahora Southport ya no se ve como un lugar en los suburbios cuya actividad principal es la pesca, sino que ahora ha sido reedificada como un intento de réplica de The Hamptons. En consecuencia, Southport se ha vuelto un lugar de ocio más elitista y superficial. Así son también los jóvenes amigos que protagonizan esta secuela, Danica (Madelyn Cline) y su novio Teddy (Tyriq Withers), Ava (Chase Sui Wonders), Milo (Jonah Hauer-King) y Stevie (Sarah Pidgeon).
En cierto modo, los protagonistas retoman los aspectos más frívolos y externos de los personajes de Helen Shivers (Sarah Michelle Gellar) y de Barry Cox (Ryan Phillippe). En adición, el esquema actancial funciona de la misma forma que en el primer filme de 1997, la pareja sentimental de Danica y Teddy replica -con algunas diferencias- la de Helen y Barry, y Ava y Milo el vínculo entre Julie (Jennifer Love Hewitt) y Ray (Freddie Prince Jr.), sumándose a este cuarteto una quinta integrante, Stevie. A excepción de Stevie, todos ellos poseen poder adquisitivo y se han mantenido en contacto después de terminar el secundario.
Todo ese mundo superficial y aparentemente perfecto -donde parece que ya nadie habla ni recuerda al asesino serial que acechó hace casi treinta años, como si éste nunca hubiese existido-, cambiará cuando en la carretera, precisamente en la “curva del diablo”, el grupo de amigos que festejaba su reencuentro cause accidentalmente la muerte de un hombre anónimo. En esta ocasión, a diferencia de la entrega de 1997, no serán ellos quienes se “ensucien” las manos para ocultar las evidencias de lo acontecido tras un pacto de silencio, sino la familia del poderoso Teddy, en complicidad con la corrupta policía del lugar.
Siguiendo la regla de la saga, el asesino que los atormenta con su secreto aparece extorsivamente un año después, al verano siguiente, como indica el título del filme. El presente slasher sigue siendo igual de sangriento, logrando alternar la tensión con momentos de comicidad, al igual que sus predecesoras. El grupo de amigos en aprietos decide acudir a los sobrevivientes de la masacre de 1997, Julie (Jennifer Love Hewitt) y Ray (Freddie Prinze Jr.), quienes han terminado su romance en malos términos. Ambas estrellas de películas para públicos juveniles de los ´90, cuya popularidad siempre fue mayor que sus virtudes actorales, regresan no con meras participaciones sino como protagonistas del nuevo relato e incluso se deja la puerta abierta para una próxima película.
Una de las particularidades de Sé lo que hicieron el verano pasado (2025) reside en que si bien su apariencia es muy superficial, en cuanto a la tesis social intenta ser más profunda que las anteriores, reflexionando acerca del resentimiento, las distintas reacciones frente al mismo trauma y la diferencia de clase. Por otro lado, quizás se deba a la dirección de Jennifer Kaytin Robinson -si bien la novela fue escrita por una mujer, y los guiones escritos en conjunto por personas de distinto género, es la primera vez que una mujer dirige un largometraje de la saga- una actitud más belicosa e independiente de las protagonistas. Si bien la presencia de un feminist power es algo superficial, resulta efectivo. La presente secuela que en cierto modo funciona como reboot y homenaje, a pesar de las predecibles vueltas de tuerca, es una pieza digna, dinámica y entretenida, que también nos recuerda que el filme de 1997 ha resistido más bien el paso del tiempo.